Un día de verano iba paseando con una amiga por los
puestos de los “moros” viendo pulseras y esas cosas curiosas que de vez en
cuando encuentras en lugares como esos. Al llegar a un puesto de libros les
eché una ojeada y encontré uno de Nietzsche: “Así hablaba Zaratustra”. Me llamo
la atención el nombre de Zaratustra. He oído hablar de él pero no sé
exactamente que decía.
El caso es que me llamó la atención
y lo cogí para comprarlo. Bien es cierto que mi amiga lo pago por mí y con eso
me lo regaló.
Leyendo, después, el libro, no se
sí así es como hablaba Zaratustra realmente o son conversaciones inventadas por
el propio autor. Si es cierto que en algunas cosas si estoy muy de acuerdo con
lo escrito en el libro.
Uno de los párrafos que más me ha
llamado la atención de momento ya que apenas llevo cincuenta paginas leídas,
dices así: “yo soy amigo de la vida, opino que las mariposas, las pompas de
jabón y los hombres de naturaleza afín son los que conocen la felicidad”.
Esta frase me ha llamado la
atención. Nietzsche que es amigo de la vida. La verdad, no comprendo como se
puede ser amigo de la vida si él ya es vida. Si no fuese vida no respiraría. No
podría escribir, no viviría. He leído algo de su biografía y a pesar de ser muy
inteligente, bajo mi punto de vista, no supo tener una existencia muy feliz. Y
si fue feliz me alegro mucho por él y de estar yo equivocado.
No entiendo mucho de mariposas. Las
que más conozco, y no es mucho, son las de la seda y las que revolotean por la
huerta en primavera entre las amapolas. Por lo menos es lo que recuerdo y en
ocasiones vivo. Así que mis conocimientos sobre estos seres son muy limitados.
Pero si las asocio a las estaciones. Cuando llega la primavera aparecen las
mariposas. O cuando aparecen las mariposas es que la primavera esta cerca.
De las pompas de jabón que decir
que no sepamos. Todos hemos hecho pompas
y quien no, se ha perdido la magia que una cosa tan sutil y efímera encierra.
Tanto las mariposas como las pompas
de jabón están sujetas a una constante que es el tiempo. Unas y otras son
efímeras, duran muy poco. Unas unos días, meses tal vez. Otras unos instantes,
segundos tal vez. Y a la vez son tan hermosas. Nos transmiten tanta magia…
Es curioso, pero no suelo ver a
muchos mayores pararse a ver las mariposas o hacer pompas de jabón. Será porque
conforme crecemos perdemos…
… la magia.
Como ellas, nuestro paso por esta
vida es tan efímero, tan corto… comparado con una era, nuestra vida es similar
a las de las mariposas. Si lo comparamos con la existencia apenas el tiempo que
dura una pompa de jabón.
Friedrich dice que los hombres de
naturaleza afín a las mariposas y a las pompas de jabón son los que mejor
conocen la felicidad. Y qué verdad que es. Sólo los que realmente saben que es
un segundo en su vida tienen la capacidad necesaria para darle el valor justo a
su tiempo.
Creemos que lo más preciado de
nuestra vida son las posesiones, o el dinero, o el sexo, o incluso el amor.
Pero no. Todos estamos equivocados. Lo más preciado y sobre lo que tenemos que
decidir es el tiempo que tenemos de vida en este mundo. Sólo en ese espacio es
donde todo lo hemos de desarrollar. Todo.
La existencia nos da un tiempo
limitado. Que hagamos con él ya depende de nosotros. Y lo que hagamos en ese
intervalo entre el nacimiento y la muerte será lo que nos haga sentir amor,
odio, tener una familia… incluso posesiones o dinero.
No nos engañemos, lo más preciado y por eso la frase: “el tiempo es
oro”. Es nuestro tiempo. Como compartirlo, con quien, qué hacer con él, etc. Es
responsabilidad nuestra y de eso depende nuestra felicidad.
Sí, Friedrich llevaba razón. Sólo
los hombres y mujeres con espíritu afín a las mariposas y a las pompas de jabón
son los que mejor conocen la felicidad.
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