Ayer asistí a una manifestación en contra de
los recortes económicos del gobierno. Me gustó ver a tanta gente de muy
distinta ideología política y religiosa unida contra una causa común. Caminando
por la Gran Vía de Murcia me preguntaba que poder tendríamos si todos los
individuos hiciésemos causa común contra cualquier acción, dictado o ley que
los poderosos trataran de imponer.
Un ejemplo claro del poder
individual unido lo hemos visto recientemente en los países árabes. Como han
derrocado gobiernos y dictaduras. Como los poderosos han temblado frente al
pueblo y ha usado la fuerza y la represión para continuar en el poder. Un
ejemplo fue Gadafi y los dirigentes sirios. Por desgracia continúan habiendo
países sumisos a sus dictadores porque no son conscientes del poder que tienen
si se unen.
Es una pena que toda esta fuerza
sólo la unamos en el plano económico. Si la juntásemos para aumentar la
consciencia y cambiar todo aquello que no nos gustase de los gobernantes,
políticos, banqueros, militares, dirigentes religiosos, etc. Podríamos cambiar
el mundo, transformarlo en aquello que decidiésemos nosotros.
También vi cierto efecto de rebaño.
Como unos hacían una cosa y se iban contagiando el resto de la manifestación.
Yo mismo me vi tentado a gritar o a hacer ciertas cosas que me negué por considerarlo
un efecto del momento y de las masas, y no porque a mi realmente me apeteciese
hacerlo.
Tenemos que ser conscientes del
poder de las masas y también del poder del individuo. Es más, considero que se
ha de tener más en cuenta el poder individual y luego unir todos estos poderes
y canalizarlos para que la fuerza conjunta tenga un sentido. Para esto es
necesario aumentar la consciencia individual a fin de que la manipulación,
chantaje y las mentiras de los poderes no puedan hacernos dudar de nuestros
principios individuales.
A los poderes les interesa una
sociedad “borrego” que donde vaya el jefe de la manada allá vayan los demás.
Así que controlando a estos, el resto va detrás. Esto lo hemos visto en nuestro
país en estos últimos años.
Sólo enseñando y haciendo que cada
persona aprenda y descubra su individualidad, sus necesidades, sus carencias y
sus aspiraciones podemos hacer que no sean manipulables y no acepten mentiras
de las personas que ostentan el poder en todas sus dimensiones.
Cada uno de nosotros tiene una
fuerza. Si las fuerzas las unimos, la presión se hace insoportable para los
poderosos. Pero para ello hemos de aumentar nuestra consciencia en nosotros
mismos para que desaparezca el efecto
borrego, aumente nuestra libertad real, saber a quién exigirle y cuando
hacerlo.
El conflicto no ha de ser entre
nosotros, sino de nosotros contra los de arriba.
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