Tratamos de
hacer otras cosas para ver si así conseguimos llenar el hueco que unos son
capaces de ver y otros, por desgracia, lo sienten y no son capaces de darle
forma y definición a esa sensación.
Contactar con
nuestro vacío lo podemos hacer de varias formas. Si no somos capaces de
hacerlo, la vida misma hace que lo hagamos poniéndonos en situaciones
dolorosas: muertes de familiares, amigos, animales de compañía, accidentes de
tráfico con lesiones, pérdida del trabajo, rotura de una familia, etc. Las
causas pueden ser muchas y muy variables.
Cuando contactamos
con nuestro vacío, hace que nos sintamos perdidos, sin rumbo. Las energías se
nos van y apenas tenemos fuerzas para tirar para adelante.
Es una
sensación de no seguridad. De no poder sujetarte a ninguna cosa ni persona. La sensación
de que nadie ni nada puede ayudarte y estas en suspensión, esperando a que algo
suceda y nos saque de este estado. Esto sucede en el mejor de los casos. En el
peor nos colgamos de otras personas y nos volvemos una carga emocional para
ellas.
Lo más común
es que las personas tienden a huir de su vacío. Tratan de llenarlo a toda costa
para no sentirlo y a cualquier precio. Drogas, sexo, lujo, juego, medicación,
etc. Son algunas de las cosas que se usan para ello.
Por el
contrario, hay personas que buscan ese vacío. Que lo persiguen ya que estar en
él les aporta equilibrio. ¿Cómo puede ser esto?
Estas últimas
suelen ser místicos, maestros espirituales, etc.
Estar o
encontrar el vacío de cada uno es vital para encontrar el equilibrio interior
de cada persona. Sin ese equilibrio impera la inmadurez, la confusión, la
ansiedad, el estrés, etc. Sólo encontrando la paz interior se pueden encontrar
la respuesta a tantas y tantas preguntas que nos hacemos día a día y que nos les
encontramos solución.
Desde mi
punto de vista, este vacío puede ayudarnos mucho en nuestra vida. Estar en él
es estar en contacto con nuestro ser más interno. Con nuestro yo autentico y
del que emanan muchas de las capacidades que nos ayudaran a resolver muchos de
los problemas que la vida nos presenta para que crezcamos y maduremos.
Considero que
tenemos que descubrir nuestro vacío. Es más, creo que tenemos que ir en su
busca. Descubrirlo, destaparlo y meternos de cabeza en él.
Esto da
miedo y terror, pero una vez que descubramos que este vacío es como el mago que
tiene una chistera y de ella saca todo lo que necesita. Entonces el concepto de
vacío cambiara.
Hemos de
saber que esta sensación no podemos cubrirla con nada. Podemos mirar para otro
lado si queremos. Podemos hacer que no lo vemos, pero él nos acompañara allá
donde vallamos, como una sombra.
Así que
considero que en vez de huir es mucho más beneficioso para nosotros meternos en
él.
Entrar en
este espacio va a hacer que nos adentremos en nuestra soledad a la vez. Va ha
hacer que descubramos nuestro silencio interior. Que descubramos el equilibrio
y la tranquilidad de tener nuestro interior en paz.
Entrar en el
vacío es volvernos niños. Descubrir nuevamente nuestro mundo interior. Es descubrir
lo que somos. Es aumentar la consciencia de nosotros y del entorno que nos
rodea y cubre nuestras necesidades.
También he
de decir que si no entramos en él con la predisposición adecuada y con el guía
adecuado, será muy fácil perdernos y volvernos más histéricos y neuróticos de
lo que estábamos anteriormente.
Es necesario
que entremos en este espacio con confianza, firmeza y determinación. Meditando para
aumenta nuestra consciencia. Hablando con las personas adecuadas para poder
comprender que nos pasa. Escuchar nuestro interior, moderar nuestra mente y nuestros
deseos.
El vacío es
parte de nosotros, es nosotros mismos. No es necesario huir de él ya que
entonces huimos de nuestro ser.
Hemos de ser
conscientes que no es algo que tengamos que llenar. Es algo que tenemos que
sentir y dejar que su energía fluya por nosotros.
Estar vacío
por dentro es haber vuelto a casa. Es estar en silencio. Es aceptar lo que
somos.
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