domingo, 26 de agosto de 2012

FLEXIBILIDAD

Ayer fue el día de mi cumpleaños. Amaneció soleado y empezaba a hacer calor en la cama. Decidí levantarme, meditar y salir un rato en la bici de montaña.

Me encanta el monte. El olor a pinos. El canto de las chicharras en verano…

Estando sentado en el zafú me llamó un compañero que tenía un problema y quería que le ayudara en el asunto. El se encontraba en La Manga.

Esta llamada me molesto. No me apetecía coger el coche e ir allá. Obviamente a él no le dije todo esto, sólo le contesté que iría.

Seguí meditando y de golpe me vino a la mente ¿no será que la existencia no quiere que hoy, día de mi cumpleaños, no haga lo que tengo planeado y por el contrario haga algo totalmente diferente?

Me levante del zafú. Ducha rápida. Llame a una amiga que tenía allí una casa y quedé con ella para comer. Fui a casa de mi amigo. Solventamos el asunto. Comí con mi amiga. Nos dimos un baño divino en Calblanque y nos tomamos unos gintonic en el ZM y en Calarreona.

Después cena con tarta con mi familia y sofá a leer tranquilamente hasta que nos dio sueño y a la cama a descansar.

Hice todo lo que no había pensado hacer. El día fue fantástico, lo que necesitaba para mi cumpleaños.

A veces organizamos nuestra vida así o asado, y lo que realmente quiere la existencia es algo totalmente diferente ya que ella sabe realmente que necesita nuestra alma.

Nosotros, con nuestro ego, nos resistimos, forcejeamos para que esto o aquello no suceda y aún así sucede. En esta lucha sin sentido perdemos mucha energía, fuerza, nos desgastamos y siempre, siempre perdemos. Somos menos fuertes que la vida.

Resistirse a un hecho hace que lo vivamos con desgana y no nos permite disfrutar de todo lo bello que nos pueda aportar y enseñar. La existencia siempre quiere enseñarnos cosas buenas para nuestro ser. Cosas que en ese momento, veamos o no, son necesarias para nuestro crecimiento interior. Que las veamos, las vivamos, las disfrutemos y aprendamos depende de nosotros.

Si nos dejamos fluir las cosas vendrán, fluirán por nosotros y se irán. Habremos aprendido de la experiencia. Habremos cambiado. Nos haremos más sabios y la vida seguirá fluyendo como un río.

Esto nos aportará tranquilidad, relajación, madurez, sabiduría y paz interior.

Nos volveremos mansos como un río en su desembocadura al mar, llenos de vida y expectantes a la vida.

Buda, Lao Tse, Osho, Rumí, Zaratustra, Jesús, Mahoma, Moisés, los maestros zen, etc, etc, etc. Hos hablaron de esto y siguen haciéndolo a través de su legado escrito. Aprendamos de ellos. Solo así seremos nosotros mismos.

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