domingo, 26 de agosto de 2012

LAS MENTIRAS



Tengo una amiga enfermera. Ayer me contaba que habían tenido un paciente que les había contado como había sido su vida. Ella le creyó. Pasado un tiempo, se enteró por el siquiatra que era un mentiroso compulsivo. Se inventaba su vida para eludir la cárcel, estaba en busca y captura. Se creía sus propias mentiras hasta el punto de sufrir crisis de rigidez muscular y quedar hecho un feto de la tensión.

Parece ser que no lo hacía a caso hecho, sino que era una respuesta de su organismo a una vida de contradicciones, mentiras y engaños. No tenía familia, ni amigos, ni pareja. Y la verdad, no me extraña conociendo todo esto.

Cada día me quedo sorprendió de cómo somos las personas. Hablo con la gente y veo como se engañan. Como hacen juegos sicológicos para no estar en la realidad.

Nos mentimos, nos engañamos, jugamos a ser lo que no somos. Y esto no es malo en sí. Lo malo es que nos creemos nuestras propias mentiras, nuestros propios juegos y esto hace que nos volvamos más disgregados. Más difusos, perdidos, vacíos de energía.

No saber lo que somos, no saber lo que queremos. No saber lo que necesitamos para sentirnos llenos nos impide permanecer compactos, unidos, integrados. Formando un solo ser.

Cuando no estamos en el presente, en el ahora con sus alegrías y sus tristezas, nos separamos poco a poco de la vida, de la existencia. Nuestra energía se difumina en el universo y nos cuesta mucho recuperarla.

La forma más habitual de gastar la energía y evitar el presente es usar los pensamientos. Estos hacen que nos perdamos en una maraña en la cual caemos, nos hundimos y nos perdamos nuestro paso por aquí.

Los pensamientos vienen y van. Según mi punto de vista hay una diferencia entre pensar y el pensamiento. Parece un proceso y un resultado. Pero para mí no es así.

Pensar en un proceso que sucede, que se desarrolla. Usa nuestra creatividad. Este verbo suele aportarnos gratificación, alegría, soluciones. Es un fenómeno que se desarrolla. Sabes dónde comienza pero no hasta dónde puede llegar. Se desarrolla en el presente.

Por el contrario. Un pensamiento es una cosa cerrada. No permite flexibilidad. Tiene principio y fin. No nos ayuda. Es rígido. No está sujeto al cambio. Por eso mismo no es un fenómeno. No es un proceso que se ajusta al presente. Un pensamiento es un nombre y pensar es un verbo.

Siempre he oído que primero fue el verbo. Nunca entendí que significaba esto. Ahora me doy cuenta a lo que se referían. El verbo es estar haciendo, actuando y sólo se puede actuar en el presente. Yo no puedo jugar al futbol ayer. Puedo hacerlo ahora, pero no ayer. Igual pasa en el futuro. El verbo solo sucede en el presente. Solo se puede hacer ahora. Mañana no se puede actuar. Se actuara posiblemente, pero no se sabe.

El pasado ya se sabe pero nada se puede hacer en él. Ya sucedió. Sólo se puede actuar en el presente.

Vivimos en el pasado o tratando de de controlar el futuro. Vivimos creyendo que seremos mas felices, que así nuestra vida será más fácil. Pero no creo que esto sea así. Nuestra vida se vuelve más fácil queriendo controlar el futuro. No que no sabemos es que crear ese control nos causa infelicidad, dolor, perdida de energía, estar fuera de la realidad.

Y la realidad es que sólo disponemos del momento presente que un segundo después se ha vuelto pasado. El presente es efímero. Tan volátil que hay que estar muy atento a él o se escapará entre los dedos de nuestras manos como la arena de la playa.

El pensamiento hace que nos perdamos nuestro presente. Que no estemos donde nos encontramos y que no fluyamos con la vida.

El pensar es actuar ahora. Usar los recursos de que disponemos ahora mismo y de forma creativa para hacernos la vida fácil. Es un proceso abierto, cambiante, dinámico.

FLEXIBILIDAD

Ayer fue el día de mi cumpleaños. Amaneció soleado y empezaba a hacer calor en la cama. Decidí levantarme, meditar y salir un rato en la bici de montaña.

Me encanta el monte. El olor a pinos. El canto de las chicharras en verano…

Estando sentado en el zafú me llamó un compañero que tenía un problema y quería que le ayudara en el asunto. El se encontraba en La Manga.

Esta llamada me molesto. No me apetecía coger el coche e ir allá. Obviamente a él no le dije todo esto, sólo le contesté que iría.

Seguí meditando y de golpe me vino a la mente ¿no será que la existencia no quiere que hoy, día de mi cumpleaños, no haga lo que tengo planeado y por el contrario haga algo totalmente diferente?

Me levante del zafú. Ducha rápida. Llame a una amiga que tenía allí una casa y quedé con ella para comer. Fui a casa de mi amigo. Solventamos el asunto. Comí con mi amiga. Nos dimos un baño divino en Calblanque y nos tomamos unos gintonic en el ZM y en Calarreona.

Después cena con tarta con mi familia y sofá a leer tranquilamente hasta que nos dio sueño y a la cama a descansar.

Hice todo lo que no había pensado hacer. El día fue fantástico, lo que necesitaba para mi cumpleaños.

A veces organizamos nuestra vida así o asado, y lo que realmente quiere la existencia es algo totalmente diferente ya que ella sabe realmente que necesita nuestra alma.

Nosotros, con nuestro ego, nos resistimos, forcejeamos para que esto o aquello no suceda y aún así sucede. En esta lucha sin sentido perdemos mucha energía, fuerza, nos desgastamos y siempre, siempre perdemos. Somos menos fuertes que la vida.

Resistirse a un hecho hace que lo vivamos con desgana y no nos permite disfrutar de todo lo bello que nos pueda aportar y enseñar. La existencia siempre quiere enseñarnos cosas buenas para nuestro ser. Cosas que en ese momento, veamos o no, son necesarias para nuestro crecimiento interior. Que las veamos, las vivamos, las disfrutemos y aprendamos depende de nosotros.

Si nos dejamos fluir las cosas vendrán, fluirán por nosotros y se irán. Habremos aprendido de la experiencia. Habremos cambiado. Nos haremos más sabios y la vida seguirá fluyendo como un río.

Esto nos aportará tranquilidad, relajación, madurez, sabiduría y paz interior.

Nos volveremos mansos como un río en su desembocadura al mar, llenos de vida y expectantes a la vida.

Buda, Lao Tse, Osho, Rumí, Zaratustra, Jesús, Mahoma, Moisés, los maestros zen, etc, etc, etc. Hos hablaron de esto y siguen haciéndolo a través de su legado escrito. Aprendamos de ellos. Solo así seremos nosotros mismos.

EL VACÍO


En ocasiones nos sentimos vacíos. Tenemos todo: coche, casa, algunos trabajo, móviles, ordenadores, mujer u hombre, hijos, padres, etc. Y aún así nos sentimos vacíos.

Tratamos de hacer otras cosas para ver si así conseguimos llenar el hueco que unos son capaces de ver y otros, por desgracia, lo sienten y no son capaces de darle forma y definición a esa sensación.

Contactar con nuestro vacío lo podemos hacer de varias formas. Si no somos capaces de hacerlo, la vida misma hace que lo hagamos poniéndonos en situaciones dolorosas: muertes de familiares, amigos, animales de compañía, accidentes de tráfico con lesiones, pérdida del trabajo, rotura de una familia, etc. Las causas pueden ser muchas y muy variables.

Cuando contactamos con nuestro vacío, hace que nos sintamos perdidos, sin rumbo. Las energías se nos van y apenas tenemos fuerzas para tirar para adelante.

Es una sensación de no seguridad. De no poder sujetarte a ninguna cosa ni persona. La sensación de que nadie ni nada puede ayudarte y estas en suspensión, esperando a que algo suceda y nos saque de este estado. Esto sucede en el mejor de los casos. En el peor nos colgamos de otras personas y nos volvemos una carga emocional para ellas.

Lo más común es que las personas tienden a huir de su vacío. Tratan de llenarlo a toda costa para no sentirlo y a cualquier precio. Drogas, sexo, lujo, juego, medicación, etc. Son algunas de las cosas que se usan para ello.

Por el contrario, hay personas que buscan ese vacío. Que lo persiguen ya que estar en él les aporta equilibrio. ¿Cómo puede ser esto?

Estas últimas suelen ser místicos, maestros espirituales, etc.

Estar o encontrar el vacío de cada uno es vital para encontrar el equilibrio interior de cada persona. Sin ese equilibrio impera la inmadurez, la confusión, la ansiedad, el estrés, etc. Sólo encontrando la paz interior se pueden encontrar la respuesta a tantas y tantas preguntas que nos hacemos día a día y que nos les encontramos solución.

Desde mi punto de vista, este vacío puede ayudarnos mucho en nuestra vida. Estar en él es estar en contacto con nuestro ser más interno. Con nuestro yo autentico y del que emanan muchas de las capacidades que nos ayudaran a resolver muchos de los problemas que la vida nos presenta para que crezcamos y maduremos.

Considero que tenemos que descubrir nuestro vacío. Es más, creo que tenemos que ir en su busca. Descubrirlo, destaparlo y meternos de cabeza en él.

Esto da miedo y terror, pero una vez que descubramos que este vacío es como el mago que tiene una chistera y de ella saca todo lo que necesita. Entonces el concepto de vacío cambiara.

Hemos de saber que esta sensación no podemos cubrirla con nada. Podemos mirar para otro lado si queremos. Podemos hacer que no lo vemos, pero él nos acompañara allá donde vallamos, como una sombra.

Así que considero que en vez de huir es mucho más beneficioso para nosotros meternos en él.

Entrar en este espacio va a hacer que nos adentremos en nuestra soledad a la vez. Va ha hacer que descubramos nuestro silencio interior. Que descubramos el equilibrio y la tranquilidad de tener nuestro interior en paz.

Entrar en el vacío es volvernos niños. Descubrir nuevamente nuestro mundo interior. Es descubrir lo que somos. Es aumentar la consciencia de nosotros y del entorno que nos rodea y cubre nuestras necesidades.

También he de decir que si no entramos en él con la predisposición adecuada y con el guía adecuado, será muy fácil perdernos y volvernos más histéricos y neuróticos de lo que estábamos anteriormente.

Es necesario que entremos en este espacio con confianza, firmeza y determinación. Meditando para aumenta nuestra consciencia. Hablando con las personas adecuadas para poder comprender que nos pasa. Escuchar nuestro interior, moderar nuestra mente y nuestros deseos.

El vacío es parte de nosotros, es nosotros mismos. No es necesario huir de él ya que entonces huimos de nuestro ser.

Hemos de ser conscientes que no es algo que tengamos que llenar. Es algo que tenemos que sentir y dejar que su energía fluya por nosotros.
 
Estar vacío por dentro es haber vuelto a casa. Es estar en silencio. Es aceptar lo que somos.

domingo, 19 de agosto de 2012

CONFUSIÓN


No sé por dónde empezar para hablar de un estado emocional que casi todos conocemos. Sentirse confuso es más normal de lo que imaginamos. Es un estado de intranquilidad, estrés, sensación de pérdida y desarraigo.
La confusión suele aparecer por querer mantener dos opciones totalmente opuestas. Es decir, por un lado nos gusta esto y lo queremos. Y por otro, nos gusta aquello y también lo queremos. Y a la vez ambas cosas son incompatibles conjuntamente. 
Tratamos por todos los medios de casar ambas, pero es tan difícil que casi se convierte en imposible. Así que tenemos que optar por una. Al elegir una opción la otra automáticamente queda descartada. El miedo a equivocarnos hace el resto.
No saber que elegir hace que la confusión se apodere de nuestros corazones y nos atrape en una espiral que afecta a la totalidad de nuestra vida.
Buda nos habló del camino del medio. Es decir, permanecer en el centro. Ni para un lado ni para el otro. Esto a mí a veces se me hace muy difícil de mantener y sólo saliéndome o manteniendo la distancia de ambas opciones me permito conseguirlo.
El equilibrio sería la mejor opción. Pero mantener ese estado hace falta un conocimiento de uno mismo  que rayaría la iluminación búdica.  Supongo que con la ausencia de deseos te puedes salir de ese juego de tener que elegir. Entonces uno tendría que adquirir una confianza sobre sí mismo y sus capacidades, así como sobre la existencia que rayaría lo divino.
Por desgracia para mí, me doy cuenta que todavía no estoy en ese estado y en ocasiones la confusión se apodera de todo mi ser.
Con el tiempo y siendo consciente de mi propia confusión, me he dado cuenta que en el fondo y si se esta abierto no es un estado tan malo.
Normalmente, cuando entro en confusión, suelo estar ahí varios días. Con el tiempo y quedándome, sucede una cosa muy curiosa. Algo dentro de mí se aclara. Algo dentro de mí coge sentido para mi existencia.
Visto desde mi punto de vista, considero que la confusión es un estado en el cual, si nos permitimos estar y atravesarlo completamente, nos enseña algo que es de vital importancia para nuestra vida actual. Nos permite dilucidar algún estado, deseo o necesidad genuina que nos hace madurar y crecer.
Por el contrario, si queremos huir de ella, a la confusión le añadimos el miedo. Esta mezcla hace que entremos en neurosis, levantemos resistencias y dejemos de ser nosotros y nos convirtamos en un subproducto, falso y estéril.
Asemejo la confusión a esta situación. Imaginemos que estamos al sol y nos dejan caer un cubo de agua que nos empapa completamente. Si corremos podemos resbalar, caer al suelo y ensuciarnos más. Por el contrario, si nos tranquilizamos, nos tomamos nuestro tiempo y dejamos que las leyes de la naturaleza actúen, ósea, el sol nos caliente. El agua se evaporará  por sí sola y nos quedaremos más limpios que antes del calderazo.
Esta es mi visión de la confusión. Esto no lo he visto por casualidad, sino porqué una y otra vez me he dejado llevar por ella y me ha atenazado en múltiples ocasiones y ya conozco su funcionamiento.
Buda dijo que cuando el agua está turbia, siéntate a esperar y ella sola se aclarará. Por experiencia estoy totalmente de acuerdo con él.

miércoles, 15 de agosto de 2012

TE AMO TANTO...

 
Te amo...

... y porque te amo te dejo libre.

puedes traicionarme...

engañarme...

violarme...

humillarme...

reírte de mi...

causarme daño...

... y aún así te amo.

Te amo tanto que no quiero que...

... estés junto a mi si tú no quieres...

... que no te vea si tú no quieres...

... que no sepa de ti si tú no quieres...

... que tu vida la llenes de otras cosas si tu quieres y a mi me ignores.

Y aún así te amo.

Te amo tanto que aunque no me ames no puedo evitar quererte¡

Te amo tanto...

... que aunque ames a otras personas...

... a otras cosas...

... a otras relaciones...

... no puedo dejar de amarte

Te amo y porque te amo me duele no verte feliz...

... no verte sonreír...

... no verte disfrutar de la vida que te he dado...

... de esta vida que he creado para ti...

Te amo tanto que el dolor me desgarra por dentro...

... me parte el corazón.

Te amo tanto...

... que te dejo libre.

DISPARIDAD DE OPINIONES

Me encontraba en casa con una persona. Estábamos tranquilos en el sofá charlando, riendo y jugando. En un momento determinado sonó el teléfono y contesté.
La otra persona se sintió dolida, cogió la puerta y se marchó. No fui a por ella. Al rato volvió cogió su móvil y se marcho nuevamente.
Yo me encontraba en shock. No sabía qué hacer, que decir y necesitaba tiempo para reaccionar que no tenía. Mi respuesta fue dejarla marchar, libre de decidir si quería volver o no. No volvió.
Me senté a meditar y sentía confuso. Sentía que no tenía los pies en la tierra. Me sentía en una nube y no conseguía aclarar mi cabeza.
Deje que el tiempo pasase, pero seguía sin tener la cabeza despejada y ver que quería, comprenderme y comprender a esa persona.
Por la tarde hablamos por teléfono y nuevamente nos vimos por la noche. Cenamos, charlamos y aún así seguía sintiendo que algo había cambiado en mí con el portazo de la mañana que no lograba aislar para tomar consciencia de él. Así que como no sabía qué hacer, pues profundice más en la discusión. Dije cosas que no sentía, pero que tenía que decir para descubrirme. Sé que le hice daño al comentarlas. Fue muy egoísta por mi parte, pero no podía desaprovechar la oportunidad ya que si no se me volvería a repetir la situación hasta que no aprendiese de ella.
En este tiempo me di cuenta que la situación no era la primera vez que se me representaba y en las ocasiones anteriores no había aprendido de ellas. Así que sé que se me volvería a presentar si no la resolvía en esta ocasión. Solo metiéndome hasta el fondo en ella podía salir de esa espiral de comportamiento insano para mí.
Al día siguiente hablamos y yo me lie más. Me sentí más confuso, perdido y sin encontrar lo que buscaba. Escuche a la persona explicarse y en una ocasión dijo una frase que me llamo mucho la atención. La frase fue: “es que eso no es de un hombre de cuarenta años”. Esto lo decía por varias cosas, pero me despertó ella sola, concisa y directa.
Me pregunté cómo es que me impacto ese conjunto de palabras. Me di cuenta que estaba haciendo cosas para sentirme joven, para no sentir que estaba en la etapa adulta de una persona. Estaba yendo contra natura. Estaba fuera de mi etapa natural de la vida de una persona. Quería ser un chaval con cuarenta y dos años. Esto es totalmente neurótico, fuera de la realidad. Esta fue la clave de toda la situación.
Darme cuenta de esto me puso los pies en la realidad. En mi verdad, en el presente. Esto es para mí ser consciente de mi vida. Saber donde piso, donde estoy y que estoy haciendo. Me ha dado perspectiva de tener en cuenta a los otros y a mí mismo. Respetarlos, amarlos, protegerlos, dejarles libres para que vivan su vida.
La situación que a lo largo de todos estos años se me ha repetido una y otra vez se ha resuelto encontrando lo que me quería enseñar.
Ahora me pregunto ¿esto mismo nos pasara a todos, como la resuelve cada uno o siguen envueltos en la espiral insana que nos impide crecer?
Con esa persona volví a hablar. La abrace, le di dos besos, le di las gracias y ahora somos amigos tanto o más que antes.

LA PROTECCIÓN


Estaba sentado mirando al mar, a la espera de viento que sostuviese mi cometa en el cielo y poder navegar. El sol estaba alto. El agua tranquila y la brisa venía caliente.
El sudor corría por mi espalda y el agua de la botella hacía rato que se me había acabado. Mi cabeza daba vueltas a la idea de volver a casa, recoger las cosas que las vacaciones se habían acabado y al día siguiente tenía que trabajar.
La idea de volver al trabajo me gustaba. Ver a los compañeros, la emoción de los servicios, volver a hacer deporte…
En esas cosas estaba cuando unos graznidos me han llamado la atención. He visto dos charrancitos persiguiendo a un ave que por su color y vuelo parecía una rapaz. Más o menos se asemejaba a un gavilán.
He observado toda la escena desde que ha captado  mi interés hasta el final de la misma. Los charrancitos perseguían al gavilán, lo acosaban, le atacaban, le perseguían. La sensación que tuve fue que las golondrinas de mar estaban tratando de alejar a la rapaz o defender algo. Intuí que el gavilán o bien localizó el nido o estuvo muy cerca del mismo y los charrancitos evitaron que lo saquease, bien de huevos o de polluelos.
Estos lo persiguieron un buen trecho y la rapaz se alejaba resguardándose de ellos. Todo la escena duro hasta que las golondrinas consideraron que o bien la zona ya era segura o bien que ya no había peligro para sus polluelos. Así que lo dejaron tranquilo sin más.
La escena en sí no tiene nada de particular si no fuese por la exposición al peligro de los charrancitos frente a un ave rapaz. El valor y la firmeza con la que defendían su nido.
Esto lo extrapole a nosotros. Los seres humanos, a veces, no nos enfrentamos a los peligros que nos acechan para no perder y lo que conseguimos que nos quiten incluso lo poco que tenemos. Y con esto no me estoy refiriendo a bienes materiales o terrenales. Me refiero a valores interiores: dignidad, espontaneidad, sensibilidad, transparencia, etc.
Cuando el peligro nos acecha, y os aseguro que es tan sutil que nos entra por la puerta de atrás y no nos damos cuenta hasta que no tenemos escapatoria ya. Cuando nos acecha y no tenemos el coraje de hacerle frente, nos ha ganado el pulso. Porque el no ataca, sólo nos hecha pulsos y si le dejamos vencer ya nos tiene atrapados.
El no lucha, sólo se expone y lo demás depende de nuestra fortaleza y determinación. Si no tenemos esto le dejamos entrar y nos ha ganado sin arriesgar nada. Sin esforzarse.
Si nos plantamos, el abandona con el rabo entre las piernas a la espera de otra oportunidad. Por eso hemos de estar atentos, hemos de ser conscientes de nosotros, de nuestras capacidades y de lo que queremos en nuestra vida.
La consciencia es la mejor defensa de la que disponemos y sentir con el corazón es el mejor escudo que nos puede proteger. Pero para que esto sea efectivo, hemos de conseguir Desidentificarnos de nuestra mente. Darnos cuenta que nuestro infierno lo tenemos en casa. Lo fichamos nosotros hace muchos años y hemos de despedirlo sin finiquito y sin paga de indemnización.
Solo entonces seremos capaces de ver lo que realmente somos. Que es lo que queremos, como conseguirlo y disfrutar de ello.

EL ABUELO



Estaba sentado en la playa bajo un sol que caía a plomo. Miraba el mar y observaba los cambios en el viento para montar la cometa y hacerme a la mar.
Mientras esperaba, unos abuelos han llegado a mi altura. Los acompañaban tres niños que supuse que eran sus nietos. Dos de ellos llevaban gafas de buzo, tubo y aletas.
Yo seguía mirando los barcos y su rotación en el mar siguiendo el viento para que me señalasen de donde venía este.
Los niños se metieron en el agua a bucear. Exploraban los muertos que sujetaban los barcos. Miraban los peces y se avisaban el uno al otro cuando algo les llamaba la atención o les sorprendía.
La abuela estaba bañándose con el nieto más pequeño y el abuelo daba vueltas concentrado en no se qué. Los observaba ya que no se levantaba viento suficiente y me aburría. Normalmente me suelo acompañar de un libro, pero ese día decidí no llevármelo. Tampoco me apetecía entrar en el agua. Pero el calor consiguió lo que no pudo mi voluntad. Así que me introduje en el mar.
Caminé un rato y de vuelta a la orilla escuché a un niño gritarle a su hermano que había encontrado no se qué a unos metros al lado de un barco. El hermano levanto la cabeza y se dirigió al instante hacia el otro crio. Pero el grito alerto también al abuelo que les prohibió avanzar más y los insto a que volviesen donde se encontraba.
Los niños protestaron, pero él se mostro inflexible y no cedió ante las suplicas posteriores.
Una vez los nietos en la orilla. Uno de ellos se le acercó y le pregunto el porqué de la prohibición. El abuelo no le contesto. El niño insistió tres veces más y ante el acoso que le hizo, el viejo contestó: “porque lo digo yo”. Y todo acabó.
Observé la escena con prudencia y distancia para no parecer indiscreto. Procure que no se me escapase nada. La escena lo merecía.
Me llamó la atención que las ganas de exploración de los niños fue cortada por la necesidad de seguridad del abuelo. Querer ser un explorador y a la vez mantener la seguridad es incompatible. El afán de descubrir va plagado de riesgos que no somos capaces de asumir en muchas ocasiones.
Cuando dejamos de arriesgarnos empezamos a morir. El afán de una vida segura es contradictorio con dejar de descubrir,  con el afán de conocer, con el afán de aprender.
Es cierto que cada época de la vida tiene sus descubrimientos, sus conocimientos y es necesaria la transcendencia de ellos para poder pasar a la siguiente fase sin asignaturas pendientes.
Esto es lo que genera paz interior y tranquilidad emocional. Pero para que esto suceda, hemos de meternos en cada una de las etapas totalmente, asumiendo riesgos, descubriendo todo lo que nos puede ofrecer y dejándola marchar cuando se acabe.
Como cuando éramos niños, hemos de redescubrir las cosas por nosotros mismos. Hemos de experimentarlas, vivirlas y que nadie nos las cuente. Esto supone ganar y perder, alegría y sufrimiento, esperanza y tristeza.
¿Pero qué sería de un día soleado si no hubiesen días lluviosos? ¿o de los nacimientos si no existen entierros? ¿O de las tristezas si no hubiesen alegrías? ¿O de la desesperanza si no existiese la ilusión?
Para poder descubrir el mundo, tanto exterior como interior, hemos de asumir riesgos. El riesgo de encontrarnos, de conocer y comprender el mundo. El sentí el amor. Y la seguridad de la que hablaba Grucho Max: “hagas lo que hagas,  no vas a salir vivo de aquí”.
La seguridad de que morirás.

martes, 14 de agosto de 2012

EL EGOISMO

Dice la RAE que el egoísmo es el inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse de los demás.
Creo que todos tenemos algo de egoístas. Es más, creo que si no lo tuviésemos sería imposible la vida para nosotros.
En el fondo de las cosas que hacemos creo que hay cierta dosis de egoísmo ya que en última instancia es para sentirnos bien con nosotros mismos.
Cuando les digo a la gente que se vuelvan lo que ya son, ósea, egoístas, ponen el grito en el cielo asegurando que ese sentimiento no va con ellos.
En esto la iglesia católica nos ha hecho un flaco favor creando el pecado del egoísmo y creando la culpabilidad en algo que todos tenemos y que ella se ha aprovechado de esto durante siglos.
Ser egoísta es una condición humana. Somos egoístas cuando nacemos para sobrevivir en este mundo. Lloramos para que nuestros padres nos atiendan, nos alimenten, nos den su amor. Somos egoístas después, cuando no queremos compartir nuestras cosas con los hermanos o con los amigos, a eso de los cuatro o cinco años.
Somos egoístas cuando queremos que nuestra amada o amado solo esté con nosotros matando así el amor. Somos egoístas compartiendo nuestras cosas para que después los demás compartan las suyas con nosotros.
Y así un sinfín de acciones que les ponemos la etiqueta de generosas cuando en el fondo por lo que lo hacemos es por nosotros mismos. Para sentirnos mejores, bien por dentro. Para que  nos acepten y nos quieran.
Aceptemos que somos egoístas ¿y qué? Por eso el mundo no se va a parar o detener ni vendrá el apocalipsis.
Los niños son naturales y son egoístas. Volvamos a ser niños. Jesús dijo que para entrar en el reino de dios teníamos que volvernos como niños.
Pero como todo en esta vida, existen extremos. Ser egoísta en extremo nos perjudica y pretender no serlo en absoluto nos hace daño.
Buda durante cuarenta años enseño a la gente a caminar por el camino del medio. Enseño el equilibrio y que ahí encontraríamos la paz interior.
Hemos de aprender a ocuparnos de nosotros mismos siendo conscientes de lo que hacemos. Volvernos egoístas con consciencia y así sabremos y decidiremos cuando nos puede ayudar o nos puede perjudicar esta actitud.
Ser generosos sin ton ni son hace que nos entreguemos tanto a los demás que perdamos la orientación y nos perdamos a nosotros mismos. No ser generoso en absoluto nos hace daño y nos aleja del placer de dar y compartir con nuestros semejantes.
Considero que ocuparnos de nosotros primeramente, es decir, ser egoístas moderados y hacer cosas por los demás de forma moderada puede aportarnos paz, tranquilidad y relajación interior.
Ser egoísta no es un pecado. Pecado es ser egoísta y no reconocerlo ya que esto nos llevara a nuestro infierno particular.

miércoles, 1 de agosto de 2012

EL ELEFANTE ENCADENADO


 Este es el cuento que en otras publicaciones hable de él. Aquí esta completo. Que lo disfruteis.

 Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales. También a mí, como a otros, después me enteré que me llamaba la atención el elefante.

Durante la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente : ¿ Qué lo mantiene entonces ¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia :
Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta : EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía....Hasta
que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE.

El tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.

Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces, lo del elefante : grabamos en nuestro recuerdo: NO PUEDO....NO PUEDO Y NUNCA PODRE. Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.

Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma : " NO PUEDO Y NUNCA PODRE " Vivimos condicionados por el recuerdo de otros, que ya no somos y no pudieron.

Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón.....TODO TU CORAZON".

REVOLVIENDO COSAS

Hoy, revolviendo ciertas cosas en busca de otras he encontrado un cuaderno que me regalaron una vez. Lo he tenido sobre la mano y he recordado quien me lo dio y en qué circunstancias se produjo el encuentro en el cual me lo regalaron.

Lo he abierto y he visto que tenía cosas anotadas en algunas páginas. Las he leído por encima y no me decían nada. Supongo que cuando las hice  lo que escribí si era importante, pero ya no lo son al ver las emociones que al leerlas me producían.
He seguido pasando páginas y he llegado a una que estaba escrita entera. Esto me ha llamado la atención ya que las precedentes no seguían la misma pauta. Así que me he enfrascado en su lectura.
Lo que escribí en su día en esta hora es bastante coherente según lo veo yo. No pone nada de lo que pueda reprocharme a mí mismo por haberlo escrito.
Es cierto que casi todo lo que aconseja lo cumplo. A veces me salto algo, pero es lo de menos. A veces me gusta releer escritos antiguos hechos por mi mano. A veces tengo la sensación de no haberlos escrito yo y me agrada leerlos como si hubiesen sido escritos por otro. Aunque en cierta forma es así.
Algunos me gustan, incluso me sorprenden lo bien que escribo a veces. Otros me dan ganas de tirarlos a la  basura, pero no, son hechos en mi pasado y quiero conservarlos me gusten o no.
A veces una forma de expresar lo que con palabras no podemos es escribiendo. La escritura nos permite pensar mientras trazamos palabras sobre el papel. Así da tiempo a que las cosas se asienten en nuestro interior y que ocupen el lugar que les corresponden en nuestro corazón.
Bueno, volviendo a mi cuaderno. Como he dicho, lo escrito me parece muy coherente y tiene sentido para mí.
En la hoja pone esto:
-          ­descubre las cosas por ti mismo. Que no te las cuente nadie. Experimenta la vida.

-          Comprende la naturaleza de las cosas observándote a ti mismo.

-          Compréndete y comprende a los demás. Observa las circunstancias que envuelven los hechos.

-          Medita dos veces al día.

-          Haz Tai Chi nada más levantarte.

-          Cultiva la disciplina. Solo así te encontraras.

-          Ten paciencia. Todo llega.

-          Escúchate a ti mismo y escucha a los demás. De todos se puede aprender algo.

-          Busca el silencio para estar contigo mismo.

-          Camina en silencio veinte minutos al día.
Como he dicho, a veces me sorprende releer lo que escribí hace un tiempo.
Estoy de acuerdo con todo. Si a alguien le sirve, bien. Sino no importa, a mí me sirvió.

COMENZANDO A BAILAR


Hace unos meses estaba en casa con una amiga y comenzó a sonar Juan Luis Guerra. Ella me preguntó si sabía bailar la salsa que estábamos escuchando. Le dije que no e intento que aprendiera unos pasos básicos. Me vi muy patoso y me sentía frustrado. Siempre había pensado de mi mismo que no se me daba mal el baile. Pero en ese momento se me “cayeron los palos de sombraje”. Me di cuenta que no sabía ni tenía flexibilidad para bailar. Hace un tiempo que ya no veo a esta amiga, pero si me quedó ese resquemor del baile. Así que comencé a ver vídeos e intentar ponerlos en práctica.
Algo aprendí. Pero a través de un compañero comencé a ir a clases, con un latino, de salsa, bachata, merengue y todo lo que me quiera enseñar. Desde entonces he aprendido mucho del baile en particular y de la música en general. Yo sobre todo he aprendido a dejar mi cuerpo flexible, que fluya con la música.
El baile es una forma de expresión. Nos ayuda mucho a descargar energía y a relajarnos. Activa la circulación y nos pone los cuerpos muy esbeltos. Pero sobre todo es muy sano para nuestra mente y nuestro espíritu.
Cuando se baila con una persona entran en juego muchas energías que hacen que todo fluya y te sientas más integrado contigo mismo y con el mundo.
Pero sobre todo, lo que más me ha llamado la atención es que bailando las penas se van. Si un día me encuentro triste me pongo a bailar salsa y todo se transforma. Es como si hubiese vertido un bálsamo sobre mi corazón y entonces todo lo veo de otra forma.
Ahora, cuando voy a los bares “españoles” y me fijo en la posición que ocupan las chicas, la que ocupan los chicos y como se relacionan, y los comparo con los ambientes latinos, puedo entrever cierta rigidez en los españoles.
A los latinos los veo más flexibles a la hora de estar con una mujer, creo que es por el baile. Es muy raro ver a un latino bailando soy y a la vez, es muy raro ver a un español bailando en pareja.
Los latinos tienen fama de ser muy calientes. ¿Tal vez sea el baile? Bajo mi punto de vista es así. El baile pone en marcha muchas emociones que de otra forma se necesita más tiempo para llegar a ese nivel. Por eso creo que los españoles somos mas fríos. Con las españolas pasa lo mismo. Son más frías en ese sentido.
Para mí, el baile es muy positivo y la música es fundamental para mi felicidad. Creo que seguiré bailando la danza de mi vida mientras me dejen estas piernas y este corazón que no para.

EL GRAN MONOPOLY

Hoy he jugado mi primera partida al Monopoly. Es un juego divertido. Es muy entretenido. Comprar, vender, hipotecar y pagar es el juego que entretiene mucho. Como es lógico, el dinero es de mentirijilla, como decía cuando era pequeño y no es que ahora sea más grande, pero si con más edad.

Como decía es un juego, de dados, casillas y pasta, muy entretenido. Estuve observándome durante un buen rato y viendo las emociones que me generaba jugar. Me preguntaba si con el dinero de verdad hacemos lo mismo.
El Monopoly es muy famoso y casi todo el mundo ha jugado alguna vez. Desde mi punto de vista, creo que la vida real jugamos en un gran Monopoly.
Trabajamos, ganamos dinero, lo gastamos, pagamos impuestos, compramos casas, las vendemos después. Todo me recuerda a este juego.
Mientras jugamos al “Gran Monopoly” la vida se nos pasa sin apenas haberla vivido. Sólo nos tiene entretenidos cincuenta, sesenta, setenta y ahora los ochenta años.
Últimamente, viendo los telediarios de un día cualquiera, podemos comprobar como el Gran Monopoly está funcionando. Los países en crisis, el banco central presta pasta, unos países ponen condiciones, otros ceden. Me pregunto si todo este juego no está orquestado para mantenernos entretenidos y así hacer lo que quieran con nosotros.
La sociedad de consumo o capitalismo es una buena muestra de ello. Tratan de generar necesidades en nosotros para que trabajemos más y seamos más dependientes de ellos. Digamos que nos tienen entretenidos, ocupados.
Pero esto no es lo peor. Lo malo es que nosotros mismos queremos que el sistema no se rompa ya que entonces que hacemos.
Desde mi punto de vista, tendríamos que dejar que el sistema que los políticos y los que se consideran poderosos han generado se rompiese y viésemos que sucedería. Tal vez nos sorprenderíamos de lo que pasase a continuación. Tal vez las cosas no fuesen tan graves ni la vida cambiase tanto.
Hace poco vi un párrafo en el facebook de la película Matrix que me gustó y viene a colación con esto que estoy escribiendo hoy y sobre el Gran Monopoly o Gran Monopolio.
El párrafo es cuando Morfeo dice a Neo:
“Tienes que comprender que la mayor parte de los humanos son todavía parte del sistema. Tienes que comprender que la mayoría de la gente no está preparada para ser desconectada. Y muchos de ellos son tan inertes, tan desesperadamente dependientes del sistema, que lucharan para protegerlo”.
Mirar a vuestro alrededor y ver si esto es cierto. Para mí es totalmente valido.
Hasta que no seamos conscientes que estamos dentro de un gran sistema creado para hacernos borregos y totalmente dependientes de los poderosos no comenzaremos a cambiar el mundo.
Con esto no quiero decir que no entremos a jugar en el Gran Monopoly. Sólo que siendo conscientes de ello jugaremos cuando nos apetezca o nos interese. Entonces es cuando seremos verdaderamente libres.
¿La partida? Ni que decir tiene que la perdí. ¿Qué otra cosa podría haberme sucedido cuando me salía del juego cuando me apetecía?

PERDON

Es curiosa la palabra perdonar. La persona que más ha perdonado a lo largo de los siglos ha sido Jesús. O por lo menos en su nombre lo hacen. Él fue quien la introdujo en la sociedad y tenía su sentido cómo y cuando la utilizó. Él era muy consciente de esto.
Después, las personas que la han seguido usando ya le dieron un punto de poder.
Tal y como se usa actualmente el que perdona se coloca por encima del que es perdonado, ejerciendo una supremacía que no se ajusta a la realidad.
También, él que pide perdón se coloca por debajo e incluso tiene que usar una actitud de humillación para pedir perdón y que sea concedido. Los curas han ejercido durante siglos este poder. Han hecho tronos donde ponerse y que la gente se acerque con cara de humildad a que sean absorbidos sus pecados. Ellos, arrogantes, los han escuchado e incluso han cotilleando en aquellas cosas del feligrés que a ellos nada les incumbe. Y luego los han absuelto de no sé qué pecados en nombre de un dios que ellos han creado.
Estoy cansado de oír a la gente decir: “yo perdono pero no olvido”. Y me pregunto: ¿Qué entenderán ellos por perdón? ¿Qué será perdonar? Y si supuestamente son capaces de perdonar ¿Qué sentido tiene no olvidar? ¿No se olvida para devolverla? Entonces eso es venganza no perdón. ¿No se olvida para ejercitar la memoria? Entonces creo que esta se puede tener en marcha de otras formas más saludables para el resto del mundo.
Perdonar…
A veces no pedimos perdón por orgullo. Incluso la persona a la que hemos ofendido ya se ha olvidado de la ofensa y somos nosotros los que no somos capaces de perdonarnos. Entonces el sacerdote no esta en la iglesia ni en el confesionario. El cura lo llevamos dentro.
¡Hemos creado nuestro propio cura!
Este cura tan particular viene con sus propias leyes de nuestra particular santa madre iglesia. Haciendo que nos sintamos culpables de aquellas acciones que se salen de nuestra biblia particular. Así se crea la culpabilidad, así se crea la sumisión y así se crea el esclavo.
Pero no nos engañemos con las personas que dicen que no creen en la religión. Ellos no tienen curas, pero tienen jueces interiores que para los efectos es lo mismo.
Perdonar no es un acto de restauración, ni de sumisión, no es volver a antes de que el dolor se produzca. Es un acto de amor del que perdona hacia el que comete el pecado. Cuando le piden perdón cogen la barbilla del culpable tiernamente con la mano y mirándole a los ojos le dice: “te perdono, ve y no lo vuelvas a hacer más”. Y después olvida el pasado ya que solo tenemos el presente.
Y no lo hace por su ego, ni por su dolor. Lo hace para ayudar a la otra persona a crecer, a ser mejor persona, a aumentar su consciencia.
Y ¡ojo! Si una vez se comete un error es ser humano. Si se comete dos veces, es un acto de estupidez humana.

MEDITANDO

 Estoy sentado meditando. Es por la tarde y hace calor.

El sol se encuentra todavía alto y azota con fuerza el techo bajo el que me encuentro.
Vero las hojas de los árboles mecerse por el viento…
… huelo la brisa marina…
Siento  el zafú bajo mi cuerpo…
… saboreo el gusto que el melón me ha dejado en mi boca.
Oigo a los pájaros cantar…
En el horizonte un barco surca las aguas…
… tras de mí, la pared sigue caliente.
A mi derecha las fotos muestran un tiempo bonito pero que ya paso.
A mi izquierda una tabla de surf con la que surco las olas…
Debajo está el sofá que me sostiene…
… encima tengo las chapas que me protegen del sol.
Estoy sentado meditando…
… meditar no es pensar en lo que me sucede. No es dejar la mente en blanco. No es estar sin mente…
Meditar es ser consciente de todo lo que sucede dentro de mí, a mi alrededor y además, que me mente es parte de mí pero sabiendo que no soy yo.

LA MANIFESTACIÓN

 Ayer asistí a una manifestación en contra de los recortes económicos del gobierno. Me gustó ver a tanta gente de muy distinta ideología política y religiosa unida contra una causa común. Caminando por la Gran Vía de Murcia me preguntaba que poder tendríamos si todos los individuos hiciésemos causa común contra cualquier acción, dictado o ley que los poderosos trataran de imponer.

Un ejemplo claro del poder individual unido lo hemos visto recientemente en los países árabes. Como han derrocado gobiernos y dictaduras. Como los poderosos han temblado frente al pueblo y ha usado la fuerza y la represión para continuar en el poder. Un ejemplo fue Gadafi y los dirigentes sirios. Por desgracia continúan habiendo países sumisos a sus dictadores porque no son conscientes del poder que tienen si se unen.
Es una pena que toda esta fuerza sólo la unamos en el plano económico. Si la juntásemos para aumentar la consciencia y cambiar todo aquello que no nos gustase de los gobernantes, políticos, banqueros, militares, dirigentes religiosos, etc. Podríamos cambiar el mundo, transformarlo en aquello que decidiésemos nosotros.
También vi cierto efecto de rebaño. Como unos hacían una cosa y se iban contagiando el resto de la manifestación. Yo mismo me vi tentado a gritar o a hacer ciertas cosas que me negué por considerarlo un efecto del momento y de las masas, y no porque a mi realmente me apeteciese hacerlo.
Tenemos que ser conscientes del poder de las masas y también del poder del individuo. Es más, considero que se ha de tener más en cuenta el poder individual y luego unir todos estos poderes y canalizarlos para que la fuerza conjunta tenga un sentido. Para esto es necesario aumentar la consciencia individual a fin de que la manipulación, chantaje y las mentiras de los poderes no puedan hacernos dudar de nuestros principios individuales.
A los poderes les interesa una sociedad “borrego” que donde vaya el jefe de la manada allá vayan los demás. Así que controlando a estos, el resto va detrás. Esto lo hemos visto en nuestro país en estos últimos años.
Sólo enseñando y haciendo que cada persona aprenda y descubra su individualidad, sus necesidades, sus carencias y sus aspiraciones podemos hacer que no sean manipulables y no acepten mentiras de las personas que ostentan el poder en todas sus dimensiones.
Cada uno de nosotros tiene una fuerza. Si las fuerzas las unimos, la presión se hace insoportable para los poderosos. Pero para ello hemos de aumentar nuestra consciencia en nosotros mismos para que desaparezca el efecto  borrego, aumente nuestra libertad real, saber a quién exigirle y cuando hacerlo.
El conflicto no ha de ser entre nosotros, sino de nosotros contra los de arriba.

NIETZSCHE


Un día  de verano iba paseando con una amiga por los puestos de los “moros” viendo pulseras y esas cosas curiosas que de vez en cuando encuentras en lugares como esos. Al llegar a un puesto de libros les eché una ojeada y encontré uno de Nietzsche: “Así hablaba Zaratustra”. Me llamo la atención el nombre de Zaratustra. He oído hablar de él pero no sé exactamente que decía.
El caso es que me llamó la atención y lo cogí para comprarlo. Bien es cierto que mi amiga lo pago por mí y con eso me lo regaló.
Leyendo, después, el libro, no se sí así es como hablaba Zaratustra realmente o son conversaciones inventadas por el propio autor. Si es cierto que en algunas cosas si estoy muy de acuerdo con lo escrito en el libro.
Uno de los párrafos que más me ha llamado la atención de momento ya que apenas llevo cincuenta paginas leídas, dices así: “yo soy amigo de la vida, opino que las mariposas, las pompas de jabón y los hombres de naturaleza afín son los que conocen la felicidad”.
Esta frase me ha llamado la atención. Nietzsche que es amigo de la vida. La verdad, no comprendo como se puede ser amigo de la vida si él ya es vida. Si no fuese vida no respiraría. No podría escribir, no viviría. He leído algo de su biografía y a pesar de ser muy inteligente, bajo mi punto de vista, no supo tener una existencia muy feliz. Y si fue feliz me alegro mucho por él y de estar yo equivocado.
No entiendo mucho de mariposas. Las que más conozco, y no es mucho, son las de la seda y las que revolotean por la huerta en primavera entre las amapolas. Por lo menos es lo que recuerdo y en ocasiones vivo. Así que mis conocimientos sobre estos seres son muy limitados. Pero si las asocio a las estaciones. Cuando llega la primavera aparecen las mariposas. O cuando aparecen las mariposas es que la primavera esta cerca.
De las pompas de jabón que decir que no sepamos. Todos hemos  hecho pompas y quien no, se ha perdido la magia que una cosa tan sutil y efímera encierra.
Tanto las mariposas como las pompas de jabón están sujetas a una constante que es el tiempo. Unas y otras son efímeras, duran muy poco. Unas unos días, meses tal vez. Otras unos instantes, segundos tal vez. Y a la vez son tan hermosas. Nos transmiten tanta magia…
Es curioso, pero no suelo ver a muchos mayores pararse a ver las mariposas o hacer pompas de jabón. Será porque conforme crecemos perdemos…
… la magia.
Como ellas, nuestro paso por esta vida es tan efímero, tan corto… comparado con una era, nuestra vida es similar a las de las mariposas. Si lo comparamos con la existencia apenas el tiempo que dura una pompa de jabón.
Friedrich dice que los hombres de naturaleza afín a las mariposas y a las pompas de jabón son los que mejor conocen la felicidad. Y qué verdad que es. Sólo los que realmente saben que es un segundo en su vida tienen la capacidad necesaria para darle el valor justo a su tiempo.
Creemos que lo más preciado de nuestra vida son las posesiones, o el dinero, o el sexo, o incluso el amor. Pero no. Todos estamos equivocados. Lo más preciado y sobre lo que tenemos que decidir es el tiempo que tenemos de vida en este mundo. Sólo en ese espacio es donde todo lo hemos de desarrollar. Todo.
La existencia nos da un tiempo limitado. Que hagamos con él ya depende de nosotros. Y lo que hagamos en ese intervalo entre el nacimiento y la muerte será lo que nos haga sentir amor, odio, tener una familia… incluso posesiones o dinero.
No nos engañemos, lo más  preciado y por eso la frase: “el tiempo es oro”. Es nuestro tiempo. Como compartirlo, con quien, qué hacer con él, etc. Es responsabilidad nuestra y de eso depende nuestra felicidad.
Sí, Friedrich llevaba razón. Sólo los hombres y mujeres con espíritu afín a las mariposas y a las pompas de jabón son los que mejor conocen la felicidad.