lunes, 25 de junio de 2012

CUANDO ME ENAMORO


Hace unos meses me enamoré. Fue un sentimiento muy intenso. Da gusto pensar que en ese momento una persona está pensando en ti.

Quedábamos, cenábamos, salíamos y así pasó un mes. Después quise establecer un compromiso con la chica pero ella quería estar sola y no tenía ganas de estar sujeta a nadie.

No pude convencerla para que cambiase de idea, así que se acabó al cabo de un mes. A partir de aquí me obsesioné con ella. Pensaba mucho en su persona. Intenté quedar, incluso le regale un ramo de flores variadas. Rosas no porque no le gustaban. Siempre me acercaba yo si quería establecer algún tipo de contacto con ella.

El tiempo ha pasado, esa obsesión se me ha diluido y poco a poco va quedando atrás. Lo cierto es que sabía que sucedería así, por eso no le di espacio y por eso mate la relación. Después de un tiempo observándome me he dado cuenta que mis heridas sufridas van cicatrizando y perdiéndose de mi corazón. Me he dado cuenta que sé curar mis heridas emocionales. Que es cuestión de tiempo y consciencia.

Hoy veo que si sucedió así es lo mejor que nos podía pasar ambos. Ella fue muy inteligente. Ahora pienso en esa etapa de mi vida y reconozco que yo de ella tampoco habría querido salir conmigo mismo. Necesitaba madurar mis emociones y mi corazón tenía que aprender que sabía curar sus propias heridas.

Desde entonces he procurado no cerrarme ya que un cerramiento emocional es lo que me haría que mis heridas no curasen y sanasen. Me he dado cuenta que cuando se cierra el corazón es para protegerse del dolor sufrido y curar. Pero luego no siempre se puede volver a abrir aunque queramos y lo intentemos con todas nuestras fuerzas. La falta de confianza en nosotros mismos hace que no lo dejemos emerger. Entonces comienzas a relacionarte con tu corazón estando dolido y eso genera más insatisfacción e infelicidad ya que no sientes que te entregas ni que te abres lo suficiente como para que el otro entre en ti. Así, la relación se vuelve superficial y el amor muere.

Las heridas emocionales, como las físicas. Primero se cubren para protegerlas de infecciones y luego hay que dejarlas al aire, que les de el sol. Que sanen. Si las ocultamos siempre terminan oliendo mal y el daño aumenta hasta el infinito.

Me he dado cuenta que en esa relación aprendí algunas cosas. Tuve que mirar que me sucede a mí con los celos, lo que me ha llevado a revisar todas las veces que recuerdo de mi vida en las que he sentido celos. Tuve que mirar cómo es que ciertas actividades que me gustaban hacía años que no hacía y las tenia abandonadas. Mire que me sucede cuando aceptaba que la otra persona no le apeteciese estar conmigo. Y así sucesivamente.

Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, la consciencia y sanado el corazón, fue para mi una bendición que esa persona se cruzara en mi camino. Los beneficios que he sacado han sido superiores a los dolores sufridos.

Ahora comprendo cómo es que no quiso seguir y no la culpo por ello. Fue una decisión muy inteligente por su parte. Tenía los pies más puestos en la tierra que yo.
Solo le deseo que encuentre lo que busca y seguro que la hará más feliz de lo que yo pude hacerla en su momento.

Yo mientras seguiré descubriendo como soy y viviendo las cosas que la vida me ha preparado. 

MIS PADRES

A mi padre le han descubierto que le dan microinfartos cerebrales. Tiene algunas venas obstruidas y la parte del cerebro que deja de regar ese conducto taponado no se regenera y muere. Así poco a poco va perdiendo su cerebro. A sus 86 años de edad es “natural” que esto suceda.
Siento tristeza cuando lo miro a los ojos y lo recuerdo como era antes: fuerte, vigoroso, enérgico. Ahora es un pelele de su enfermedad y aunque hace grandes esfuerzos para combatirla, ella puede más. De vez en cuando dice que le duele la cabeza, que se marea y se acuesta un rato a descansar. Lo más seguro es que en esos momentos le haya dado otro microinfarto.
Últimamente le ha aumentado enormemente los ataques de agresividad. Se pone muy alterado y comienza a decir tacos. Cosa que nunca había hecho.
Hace unos meses tuvimos que retirarle el coche para que no condujese más. Yo fui el que se lo retiro. Desde entonces cada vez que me ve me hace todo tipo de juegos sicológicos y emocionales para que le vuelva a traer el coche. Chantajes emocionales, amenazas, victimismo, etc. Lo he observado y me he dado cuenta que todas esas estrategias son las que yo he utilizado para poder conseguir lo que quería con el resto de las personas.
He observado que lo he aprendido de él. Últimamente usa los ataques directos contra mí. En ocasiones quiero salir corriendo hasta que me digo a mi mismo que no habla él sino su enfermedad. Aún así, en ocasiones se me hace duro verlo así.
Estar enfermo hace que sus estrategias las camufle menos. Las hace más claramente y son más fáciles de ver. Y si estoy atento me veo reflejado en él. Soy un calco de mi padre. En mi caso, física y emocionalmente. Pero en la gran mayoría de la gente  somos calcos de nuestros padres.
Con mi madre me pasa algo parecido, aunque ella es más fluida y sus estrategias son más sutiles. También está enferma, tiene Alzheimer y toda la represión intelectual que la ha tenido prisionera toda su vida ahora esta perdiéndola y salen a flote cosas muy curiosas que antes ocultaba.
Por ejemplo: le costaba mostrar físicamente afecto, ahora dice que quiere a todo el mundo. Antes era una mujer sumisa a su marido, ahora le dice que no está de acuerdo con él.
Me da  tristeza verla así, con la energía y fuerza que siempre ha tenido y ahora su cuerpo ya le falla. Los huesos que casi no tiene, un cáncer, la muerte de sus hermanos, el azheimer… aún así le apetece salir y no estar metida todo el tiempo en casa.
En eso le parezco a ella, mi casa no me va a caer encima. Y he sido muy sumiso a mi ex pareja.
Aún así no los culpo de nada ya que ahora puedo decidir sobre mi vida y puedo ver esos condicionamientos de he aprendido de ellos. Ahora sé que ellos también han sido victimas de otros condicionamientos y no han sido conscientes de ellos. Solo han intentado hacer las cosas lo mejor que han sabido y querernos como ellos han podido amarnos.
Si les pongo consciencia y los saco a la luz por lo menos sabré que están y ya veré si los cambio o no. Así si puedo sentir que soy el dueño de mi propia vida. Así sí puedo sentir mi verdadera libertad.

LOS ANCLAJES

Cuando fuimos niños era muy importante tener puntos de referencia que nos hacían sentirnos seguros y confiados para poder aprender, salir y descubrir el mundo en el cual viviríamos el resto de nuestra vida. Los primeros puntos de seguridad emocional eran nuestros padres y hermanos.
Con la pubertad rompemos con estas líneas de referencia y cogemos autonomía. Comenzamos  a responsabilizarnos de nosotros mismos y de nuestras acciones. Si en esta fase no se hace una buena desconexión con esos puntos podemos quedar anclados a una relación tóxica con un padre, madre, hermano, etc.
Con el paso del tiempo, este mismo juego puede sucedernos con otras personas que han formado parte de nuestro corazón de una manera importante. Por ejemplo una pareja, un amigo, etc.
Estos anclajes están presentes debido a que en una época pasada de nuestras vidas fueron necesarios para nuestra subsistencia. Eran beneficiosos y nos aportaban recursos materiales o afectivos que hacían que nuestra vida fuese más fácil, así como nos generaban seguridad y confianza.
El paso del tiempo y el hecho de que nuestras necesidades vayan cambiando conforme vamos creciendo hacen que estos puntos de fijación se vayan quedando obsoletos. La forma de relacionarnos con las personas ha de cambiar a la vez que lo hacemos nosotros. Ha de ser dinámica, cambiante.
Si esta evolución no sucede nos quedamos fijados a esa persona y nos volvemos obsesivos. Entonces entramos en una espiral de sufrimiento de la cual es muy complicado salir. Al quedarnos anclados nos convertimos en una carga para esa persona. Entonces se agobia y quiere escapar. Al sentir esto aparece el miedo y la sensación de pérdida en nosotros y nos fijamos mucho más. Y así sucesivamente hasta que la relación se deteriora tanto que es casi imposible vivir con esa persona.
No hace falta decir que la posesión, el agobio y la obligación son puñales que clavamos al amor y el corazón termina desangrándose y quedándose seco poco a poco.
Este juego del anclaje puede tener una particularidad, y es que la persona a la que te has quedado fijado acepte llevarte a cuestas. Esto en principio no tiene mayores problemas, pero a la larga, esa relación se vuelve totalmente dañina para ambos ya que no es una forma de racionarse sana.
Los anclajes emocionales nos mantienen en lo inservible. Y aunque suceden en el presente, sus bases están fijadas en el pasado. Nos condicionan en la actualidad debido a que seguimos viendo la vida con los ojos del pasado. Es decir, con los ojos del recuerdo. Estamos viviendo en los recuerdos no en el aquí y ahora.
Las fijaciones nos mantienen muertos a la vida, que no veamos la realidad del momento, del presente. Que no seamos capaces de adaptarnos a las nuevas circunstancias que rodean nuestra vida. Y lo peor, impiden que nos relacionemos con los seres queridos y por ende, con los restantes seres del universo de forma sana y saludable.
Deshacernos de un anclaje no significa que dejemos de amar a esa persona, sólo hace que surja de verdad el amor por ella comprometiéndonos, amándonos, dándonos espacio y consciencia.
Solo aumentando la consciencia seremos capaces de ver este juego, aprender de él y deshacerlo. Una vez que lo sacamos de la oscuridad y le ponemos luz, lo deshacemos y podemos ser libres y comenzar a amar el presente.
Deshacernos de ellos es madurar, crecer y hacernos responsables de nuestra vida. Solo a través de la meditación podemos llegar a ese grado de comprensión necesario para volver a ser nosotros mismos.

sábado, 23 de junio de 2012

SER PADRES

Cuando una persona nace necesita aprender todo para poder vivir los años que le corresponden en esta vida. Nacemos en blanco y somos totalmente dependientes de nuestros padres o de aquellas personas que asuman esa función.
Nacemos como seres bipolares que somos, es decir, tenemos dos polos. En este caso, masculino y femenino que se van desarrollando con el paso del tiempo y conforme vamos creciendo.
En la infancia es básico que nuestros referentes a los cuales imitemos para aprender a existir sean hombre y mujer. Ha de ser así para que absorbamos lo esencial de lo masculino y lo femenino. Por eso el padre cumple una función, la madre cumple otra y el hijo aprende de ambos. Somos síquicamente mitad nuestro padre y mitad nuestra madre.
Esto es complicado de asimilar. Hemos de hacer el esfuerzo si queremos que la consciencia del mundo aumente.
En esta imitación que hacemos, aprendemos patrones de comportamiento, juegos sicológicos, chantajes emocionales, manipulaciones, etc. También aprendemos a comprender, a escuchar, a amar, a besar, a abrazar, etc. Por esta razón, para mí, es muy importante que las familias estén compuestas de una relación a tres bandas, donde está la figura del padre, de la madre y del hijo o hija.
Es una responsabilidad importante ser padre o madre. Saber que tu hijo va a aprender muchos comportamientos tuyos es muy serio. Que te va a imitar en lo bueno y en lo malo, es asumir que tú dejas un legado a tu hijo en principio y a este mundo en segundo lugar.
Necesitamos aumentar la atención en nosotros para que nos demos cuenta de que queremos que nuestros hijos aprendan de nosotros. Que sepamos que queremos enseñarles y que pueden necesitar de nosotros para la vida que les espera en este mundo.
Es cierto que hay personas que jamás deberían haber tenido un hijo. No sirven como padres en el momento emocional en el que se encuentran. Seguro que harán lo que puedan por sus hijos, aunque lo que realicen sólo sea hacer daño a estos. Aún así, son los padres de uno y nos han dado la vida.
Como he dicho, ser padre conlleva una responsabilidad y hacernos responsables pasa primero por descubrir que queremos que nuestros hijos aprendan de nosotros.
Cuando el hijo crezca, si quiere deshacerse de esos juegos ya será cosa de él y que necesite trabajarse emocionalmente. Pero lo que aprenda hasta aquí es cosa de la familia. Y lo más importante, por egoísmo darle lo mejor que se pueda al retoño, y eso pasa porque los padres sean lo más importante.

SUEÑOS

Hoy me he echado un rato a descansar después de comer. Me he dejado llevar por el sueño después de leer un rato. He dormido plácidamente en la cama al fresco del aire acondicionado.
No recuerdo los distintos sueños que he tenido, aunque el último de ellos si lo he mantenido en el consciente y lo recuerdo.
En mi sueño, alguien, que no recuerdo, me ha preguntado como entendía yo el equilibrio de los cuerpos celestes.
Al intentar explicárselo, después de sentir muchas reticencias ya que no sabía si estaría en lo cierto, me he visto delante de una pizarra de aula de colegio. Con sus mesas, sillas, ventanas y lo menos común, el suelo estaba ligeramente inclinado hacia la zona del profesor y la pizarra. La clase completamente vacía. Por las ventanas entraba una luz blanca desde lo alto.
He comenzado mi explicación dibujando planetas con tiza blanca, ejes, circunferencias y lados en azul. Conforme iba avanzando en mi explicación, sentía que cogía confianza en mi concepto del equilibrio del universo. Explicaba y explicaba y no paraba de dibujar. En esos instantes sentía la presencia de alguien que me escuchaba atentamente pero no podía identificarlo.
Recuerdo que mi sueño ha estado así durante un tiempo indefinido donde las cosas que decía tenían toda la coherencia intelectual, emocional y física. Y estaba totalmente seguro que la idea del equilibrio del universo es así para mí. Me sentía como un físico que había descubierto una teoría pero sin haber estudiado física, ni matemáticas y sin haber estado en la universidad.
Me sentía una sapiencia que no venía del exterior, que nadie me había enseñado y que había descubierto por mí mismo y los conocimientos para desarrollar todo eso ya los tenía. Los sabía sin tener consciencia de ellos. Como una sabiduría que transcendía el espacio y el tiempo. Que venía de mi interior más profundo y remoto.
Cuando he llegado al final de mi explicación sobre el equilibrio, he dejado de dibujar, me he girado hacia la mesa del profesor y allí estaban dos compañeros de trabajo concretos. No voy a decir nombres, pero ambos, curiosamente me han enseñado muchas en mi vida.
Cuando me he girado, ellos estaban allí, uno sentado en la mesa, otro de pie, mirándome atentamente, callados ambos. Les he dicho: “hasta aquí lo que sé del equilibrio del universo. Esto es lo que sé hasta este momento”.
Me he girado nuevamente sobre mis pies y me he dirigido a mi pupitre callado, con la cabeza baja. Sintiendo que se cosas pero que desconozco muchas más. Me he sentido confiado en lo que sé, pero consciente de que lo que desconozco es muchísimo más que lo que conozco.
De camino por el pasillo a mi mesa me he despertado.
Ahora tengo una sensación agridulce en mi corazón. Por un lado sé que conozco cosas, por otro, que desconozco un universo de cosas.

martes, 19 de junio de 2012

EL EQUILIBRIO ATÓMICO

Si tomamos como referencia nuestro tamaño físico, todo lo que hay por encima hasta el infinito y lo que hay por debajo hasta el infinito está en equilibrio. Y si no lo está, busca equilibrarse.

Los átomos son estructuras moleculares muy peculiares. Antiguamente se creía que la materia era irreductible a partir de aquí. En la actualidad hay un mundo por debajo de ellos.
Aún así son curiosos. Son elementos que intentan mantener el equilibrio eléctrico en su última capa y así se mantienen eléctricamente neutros, en equilibrio. Los que lo consiguen, más o menos, por sí mismos, se les llama gases nobles ya que no necesitan combinar con ninguna otra clase de átomos. Los demás, para conseguir ese equilibrio en esa capa comparten, se unen, incluso roban electrones a otros elementos.
De esta forma forman otras estructuras llamadas moléculas. Y así van combinando sucesivamente dando lugar a los materiales sólidos, líquidos y gaseosos que vemos y tocamos en la vida. Y de ellos estamos compuestos nosotros.
Pues lo mismo nos pasa a nosotros mismos. Somos algo parecido a los átomos. Solo unos pocos consiguen el equilibrio por sí mismos. Podemos llamarles “personas nobles”. El resto hacemos todo tipo de combinaciones para conseguir ese equilibrio.
La combinación más común es la pareja. Después la familia. Luego los grupos, etc. Buscamos estar emocionalmente equilibrados para sentirnos tranquilos, queridos, amados, etc. A diferencia de los átomos, que los mueve la electricidad, a nosotros nos mueve el amor.
Electricidad y amor son dos energías que mueven el mundo. La primera une la materia, la segunda une a las personas.
Sin electricidad la materia no existiría. No podría buscar su equilibrio, no podría conbinarse y formar estructuras. Sin amor no podríamos estar juntos, no formaríamos parejas, familias, grupos, países, etc. Aunque queramos no podemos vivir sin amor. Es el pegamento que hace que seamos una especia única, irrepetible.
La existencia es muy sabía. Para que sus hijos puedan existir como personas nos ha dado el amor.
Nuestro corazón es similar a una batería eléctrica. Hay que estar recargándolo y a la vez se descarga. Y cuanto más damos más recibimos. El dar afecto funciona como la dinamo de un coche. En el acto de compartir se recarga nuestro corazón de amor, afecto y cariño.
Sin este alternador nos vaciaríamos de amor y nos volveríamos materia inerte, sin sentido, sin estructura. Esta energía es la que hace que combinemos los unos con los otros, al igual que lo hacen los átomos.
La electricidad es la “sangre” de la materia. La consciencia es la “sangre” del amor.

LA DANZA DE LA NATURALEZA


Estoy observando la palmera que hay frente a mi casa. El viento la azota con fuerza. Las palmas se mueven y se mecen al ser golpeadas por el aire. Flexionan y ceden a esta presión y cuando esta cesa vuelven a su posición inicial.

La fuerza que ejerce el aire es contrarrestada por la fuerza con que el tallo de la palma se aferra al tronco. Así mantienen un equilibrio y no quiebran y caen al suelo. Aún así estas ceden al viento.
Ceder ante una experiencia en la vida es mantener el equilibrio. Lao Tse decía en el Tao Te King que dar un paso atrás es mantenerse integro. Y estoy de acuerdo con él. Las palmas ceden un paso ante el viento y así se mantienen sujetas a la palmera. Ceder un paso en nuestra existencia es ser fuertes. Es estar anclados al suelo, a nuestra madre tierra.
Flexibilizarnos ante un problema es buscarle el cincuenta por ciento a la solución, es buscarle resolución desde otros ángulos. Ampliando la percepción de las varias opciones que siempre están y no vemos en muchas ocasiones. Es hacernos sabios, es crecer en madurez y buscar lo que queremos.
Por el contrario, la rigidez nos da dureza, rotura, fracaso. Ser rígidos, robóticos nos pone condicionamientos, previsibilidad, nos hace neuróticos y nos saca de la realidad.
La propia existencia  ha dado sus pasos atrás y ha cambiado de camino hasta que ha encontrado lo que buscaba. Si no crecemos y la comprendemos, también nos destruirá e intentará buscar unos seres más puros y armoniosos.
Eso hizo en las grandes extinciones. Una y otra vez destruyo lo creado y volvió a crear desde el material que ya tenía. Nuestra madre naturaleza es sabía. Cuidémosla, respetémosla y ella hará lo mismo con nosotros. Por el contrario nos destruirá y generara otros seres más perfectos que nosotros.

domingo, 17 de junio de 2012

EL JUEGO DEL ENAMORAMIENTO


Voy a exponer un punto de vista del enamoramiento que mucha gente no está de acuerdo, y aunque así sea no quiere decir que no sea verdad. Las opiniones son tan variadas como gente hay en el mundo. Unas se ajustan más a la realidad que otras. Aunque todas tienen un punto de realidad y se basan en la experiencia de cada uno. Sabemos que los seres humanos somos bipolares. Bueno y malo, alegría y tristeza, amor e indiferencia, apertura y cerramiento, luz y oscuridad, cielo e infierno, etc., habitan en nosotros.
Una de estas polaridades es masculino y femenino. Por lo tanto, dentro de nosotros cohexiste un hombre y una mujer. Debido a nuestra educación, una de estas polaridades ha sido potenciada en un grado mayor en detrimento de la otra. Es decir, una mujer tiene potenciada culturalmente su feminidad y un  hombre su masculinidad. Eso no quita para que una mujer no tenga su hombre dentro y el hombre su mujer.
Al tener más potenciada una, la otra esta oculta y solemos buscarla fuera. Osea, en los demás. Normalmente la mujer la buscará en un  hombre y el hombre en una mujer.
Para explicar esto y que sea comprensible cogeré a una mujer de ejemplo, pero que no nos engañe esto. Al hombre le pasa igual con las mujeres.
Una mujer genera una lista de condiciones que ha de tener el hombre del que se permita enamorar. Esta lista encaja con las condiciones que tiene el hombre de su interior. Es decir, busca en un hombre a su hombre interior para entirse completa. Lo que se suele decir, sentirse llena.
Esta lista se modifica constantemente. Hay condiciones que entran. Otras que suben, otras que bajan escalones, otras que salen, etc. Todo varia según sea la persona o lo que vaya creciendo, según su cultura y madurez tanto física como emocional de la mujer. La lista a los veinte años no es la misma que a los treinta o cuarenta.
Una vez “hecha” la lista, sale al mundo a buscar ese hombre que encaje en ella. Cuando conoce a uno pone su lista delante. Si cree que encaja en más de un setenta por ciento, se permite dar el paso de enamorarse. Otras personas son más exigentes y llegando al ochenta, noventa o cien por cien. Esto depende de cada cual.
Todo sucede de una forma muy inconsciente, tanto que no nos damos cuenta de todo lo que movemos para poder permitirnos enamorarnos. Todo esto es pura fantasía ya que no se sabe realmente como es él. Para conocer a una persona hace falta tiempo y convivencia, y ni aún así se llega a conocer, pero esto es harina de otro costal. No nos engañemos, unas cuantas palabras para seducir y coquetear no nos dicen mucho sobre como es una persona. El tiempo y la convivencia sí. Por esto digo que el enamoramiento es pura fantasía. No se ajusta a la realidad.
El caso es que una vez enamorada comienza a pasar tiempo con el hombre. Entonces comienza a ver de verdad si se ajusta o no a su lista. Si se ajusta comienza a confiar y aparece el amor. Comienza a amarlo. Por eso el amor es paciente y necesita tiempo para que surja. Por el contrario, si el hombre no se ajusta a su lista comienza a desenamorarse.
Así funciona el enamoramiento. Su base es la fantasía. Pero es necesario. Si la naturaleza lo ha creado por algo será. Dos personas que no se conocen de nada, donde no ha habido relación de ningún tipo ¿Cómo se van a juntar y perpetuar la especie? Pues enamorándose y creyendo que se van a amar para toda la vida. El enamoramiento es necesario, para eso se ha creado. Todo lo que la existencia crea tiene un sentido, una finalidad. Y por el contrario, el desenamoramiento también es natural. Lo que pasa es que lo hemos asociado al fracaso, al sufrimiento, pero hay desenamoramientos que son una bendición para la persona. Con el enamoramiento los genes de los machos más fuertes se ponen en más hembras, hay más posibilidades de que la especie se haga más fuerte, más resistente. Suena demasiado superficial, vacio. Pero que no queramos verlo no significa que no sea así.
Cuando he comentado todo esto y después de comprenderlo, hay quien me pregunta: ¿entonces tú no te enamoras?
Y les contesto: “ser médico y saber cómo funciona y como se puede curar una enfermedad no significa que sea inmune a ellas. Pues a mí me sucede lo mismo”. Saber cómo es, como funciona y como acaba el enamoramiento no significa que no quiera padecerlo. Es más, quiero sufrir de enamoramiento aunque ahora no pueda. Pero esto es un "cuento" para otra ocasión.

LOS SENTIDOS


Hoy me apetece escribir. No sé sobre que hacerlo, pero si plasmar en un papel como me siento. Encuentro un vacío en mi cabeza, no tengo pensamientos. Esto es nuevo para mí. Jamás había sentido algo igual.
Vaciar la cabeza de cosas inservibles es muy parecido a ordenar la casa después de una temporada colocando cosas por aquí y por allá. Es como si todo ocupase su lugar, el sitio que le corresponde.
Siento que el lugar más importante de mi casa lo ocupa mi ser, lo que soy. Tomar contacto con lo que soy e ir dejando a un lado mi imagen, mi ego. Esta sensación me da confianza y seguridad. Me ayuda a ver lo que quiero de verdad e ir a por ello. Y si por cualquier cosa esto  no puede ser, pues lo acepto y estoy tranquilo ya que es lo mejor para mí.
“Ser” es mi mayor anhelo. Ser sin pensar, ser sin actuar, ser sin mentir, ser sin los demás, ser yo mismo.
Estar en contacto con mi centro me da tranquilidad. Sentir esa tranquilidad me hace estar en paz con el mundo y con el universo.
Cuando vacío mi mente dejo de sentir. No siento. Los sentimientos son de dos tipos. Están los generados por la mente. Si pienso en un momento concreto de mi pasado, esté generará en mí una emoción de tristeza o alegría según sea triste o alegre ese recuerdo.
Luego están las emociones que nos generan los sentidos. Estas son espontáneas, actuales, dinámicas. Los sentidos no funcionan en el pasado ni en el futuro. Sólo actúan en el presente. Uno no puede sentir en el cuerpo nuevamente la caricia que le hicieron la semana anterior ya que las coordenadas de espacio y tiempo no coincidirían. Puede recordar la emoción que le generó la caricia, pero eso ya es cosa de la fantasía de nuestro cerebro que nada tiene que ver con la acción recibida ni con el lugar donde se produjo.
Los sentidos nos muestran el mundo en el presente. Esta sensibilidad que ofrecen a las distintas acciones que registran es lo que generan las emociones espontáneas y dinámicas que son producidas mucho antes de que nuestro cerebro pensante pueda ser capaz de captarlas, organizarlas y darles la forma adecuada para poder ser comprendidas por el mismo.
Limpiar, pulir, abrillantar, dar prioridad a estos sentidos es un trabajo que tenemos que realizar nosotros. Si los mantenemos sucios, la percepción del mundo que nos rodea es irreal, no se ajusta a lo que sucede y entonces tomamos por verdad lo que en un principio estaba deformado. A esto se le llama sofisma.
Solo las emociones reales, actuales, nuevas generadas por nuestros sentidos en el presente e interpretadas rápidamente por todo nuestro cuerpo es lo que nos ayudará a ver la vida de forma fresca, viva, espontánea, nueva, genuina, divertida, expectante, sorpresiva y sobre todo equilibrada.

viernes, 15 de junio de 2012

LAS ESTRELLAS

Ya estoy en la playa. Ya ha llegado el buen tiempo. El calor. La playa me apasiona. Ese olor a mar, las gaviotas con sus graznidos y los aviones con su rugido.
Por suerte o por desgracia tengo un espacio en mi casa donde puedo poner la hamaca, taparme con una sabana ya que refresca todavía, y mirar las estrellas.
Nunca me habían llamado mucho la atención. Pero desde que tenía que sacar a Rony a pasear por la noche comencé a poner mi atención en el cielo. Ahora me paso horas mirándolas. Solo conozco una constelación, la de Orión, pero me gusta verlas ahí.
La otra noche, al contemplarlas, vi una que se movía en línea recta. Apareció en el firmamento y unos pocos segundos después desapareció. Para mí solo recorrió unos metros, pero en el firmamento seguro que fueron miles de km.
Pensé que sería la Estación Espacial Internacional, pero mí otra igual con dirección contraria unos minutos después. Esto me hizo pensar que serian satélites. Después vi otro y otro. Así hasta cuatro en una noche. Otras noches he llegado a contabilizar siete avistamientos de satélites
¿Cómo es que es la primera vez que los veo? Ellos llevan años arriba y yo los veo este verano. Supongo que mi vista no la tenía adiestrada ni con la suficiente sensibilidad como para poder captarlos. También hay que contar con la paciencia, tranquilidad e intensidad con que observo las estrellas.
Pues esto nos pasa con el corazón. Muchas veces no vemos las cosas que están ahí, que saltan a la vista porque no tenemos la visión del corazón adiestrada para verlo. Tampoco tenemos la paciencia, tranquilidad e intensidad para ver las cosas que nos rodean.
El ritmo de la vida, el querer ser lo que no somos, el creer en sofismas existenciales que nos confunden más y más y más. Si queremos encontrar la felicidad hemos de conseguir que nuestra vista vuelve a ser la que teníamos cuando éramos niños. Y sobre todo, una vista con paciencia y con ganas de aprender lo que realmente necesitamos y no cosas que no nos sirven nada más que para liarnos confundirnos y que no nos dejen ver lo que de verdad queremos.
Entonces podremos ver, además de las estrellas que siempre están ahí, los satélites que siendo fugaces y pasajeros, nos enseñan otra forma de ver el universo en el que nos ha tocado vivir, cuidar y respetar.

miércoles, 13 de junio de 2012

EL JUEGO DE LA ANSIEDAD

Conozco a una persona que le diagnosticaron colon irritable y se le luxaban las mandíbulas. Fue a varios médicos y todos le decían básicamente lo mismo: “tienes que relajarte. Tienes que desestresarte”.
Siempre le he dicho que la noto muy ansiosa. Ella, como es normal, lo niega. Dice que la estoy sicoanalizando.
Es curiosa la ansiedad. Es un efecto que mucha gente que conozco sufre. Digo efecto ya que es consecuencia de…, no la causa en sí misma.
La raíz de todo es que pensamos mucho. Le damos muchas vueltas en la cabeza a todo lo que nos ocurre. Y la verdad,  no estaría mal si fuésemos capaces de pararla. De poder decirle a la mente: “!stop¡” y que nos hiciese caso. Pero no funciona así.

Nuestra mente es como un camión cargado de 40.000 kgr bajando un puerto de montaña y sin frenos. La carga, ósea la mente, antes o después nos arrolla. Si tienes suerte y sabes podrás hacer la “tijera” y como mucho tendrás un accidente. Si no sabes, tu cabina se empotrará contra la tierra y toda la carga te caerá encima.
La mente nunca está en el presente. Cuando estamos aquí y ahora, la mente se disuelve, desaparece. Solo queda el ser.
Como he dicho, la mente nunca está en el presente. O está en el pasado o en el futuro. Es curioso este juego. Fíjate: si está en el pasado, suele pararse más en los momentos en los que nos hemos equivocado. Con lo cual, con nuestra moralidad creemos que deberíamos haber actuado de otra forma y no haber cometido ese error. Así surge el sentimiento de culpabilidad.
Por el contrario, ella está también en el futuro. Tratando de controlarlo para no equivocarse. Entonces aparece la ansiedad.
Si esta en el pasado hay culpabilidad. Si está en el futuro hay ansiedad.
El grado de ansiedad es proporcional a la lejanía que se vaya en el futuro. Es decir, cuanto más al futuro vaya del presente la mente, más ansiedad generará.
Por lo común tendemos a negar, a ocultarnos esta ansiedad. Entonces el cuerpo, que registra todas nuestras emociones, como se encuentra en desequilibrio lo somatiza en forma de enfermedades: ansiedad, alergias, canceres, etc.
Hay quien dijo: “somos lo que comemos”. Yo digo: “las enfermedades que padecemos serán causa de cómo vivimos”.
Solo hay una forma de parar el “camión”. Y es poniéndole frenos y bajando despacito. En el caso de la mente, los frenos es la meditación e ir despacito es la paciencia.
Esto no es cosa mía. Los místicos de toda la Tierra que viven hoy en día y los que han vivido hace miles de años lo dicen. Yo no he inventado nada, todo está ya inventado entre el cielo y la tierra.
Meditar modera la mente. Amansa el espíritu. Para enfermedades. Cultiva el conocimiento. Despierta al niño. Cuida del adulto. Emociona al corazón.
Meditar es tomar consciencia y sin eso el camión se estrella.

EL EQUILIBRIO 

Hoy he salido en bici. Iba por un camino bordeando de árboles. Hacía calor, el sol estaba alto y los pinos hacían sombras. El camino era recto y bacheado.
Ahora me daba el sol, ahora la sombra. Ahora luminosidad, ahora oscuridad. Ahora calor, ahora fresco. 
Entre pino y pino un espacio. El carril seguía recto y es iba empinando. Cuando me daba el sol me calentaba, sentía el calor en mi cuerpo. Cuando me daba la sombra sentía fresco.
Me he dado cuenta que con esos cambios de calor mi cuerpo mantenía la temperatura constante. Me dejaba sentir el calor del sol y me dejaba sentir el fresco de los pinos. Uno a miles de kilómetros de mí y el otro a escasos tres metros.
El sol en la antigüedad se consideraba un dios. Un dios que daba energía, hacia crecer los campos, daba calor, hacía crecer los árboles. Los pinos absorben esa energía y es la que no me llegaba a mí.
Cuando estaba en la sombra no es que no hubiese luz, es que la energía era absorbida por otro, en este caso los arboles, e impedían que llegase a mí. Pues con el interior pasa lo mismo. Hay momentos de calor, de alegría, de júbilo, donde la temperatura sube y el alma lo agradece.
También hay sombras. Momentos de frialdad, de oscuridad. Estos momentos de sombra también son necesarios para equilibrar la temperatura del alma. La alegría, la felicidad hace que emanemos energía, que estemos radiantes. Las sombras hacen que volvamos a recargarnos de esa energía para volver a radiarla a los que nos aman y al resto del mundo.
Somos como un gran corazón. Tenemos un ritmo cardiaco, absorbemos y expulsamos, nos entra energía y la damos. Así funciona el mundo. Así lo estableció Einstein en el primer principio de la termodinámica: nada se crea ni se destruye, solo se transforma.
Todo en el universo tiene pulso. Un ritmo que está en equilibrio. La luna no se aleja de la Tierra ni se estrella contra ella por que está en equilibrio de fuerzas. Un pulso, un ritmo esta en equilibrio. Pregúntenles a los músicos.
Eso sucede con la luz y la oscuridad del alma. Es un equilibrio que hace que nos sintamos vivos, dichosos, en unión con el universo.
La oscuridad solo es una ausencia de luz. Cuando falta la luz dejamos de ver. Si dejamos de ver hemos de quedarnos quietos, parados para no tropezar y hacernos daño. Antes o después la luz vuelve, si no es la de una vela es la del sol, pero vuelve y podemos comenzar de nuevo a caminar.
Mientras estamos en la oscuridad tenemos que estar con nosotros mismos. En contacto con nuestro ser más interno. Confiando en nuestro interior y confiando en la luz que siempre vuelve.
Esto nos mantiene en equilibrio. Si estas en la oscuridad sabes que la luz vendrá. Si estas en la luz sabes que la oscuridad vendrá, así que para que preocuparse. Te puedes relajar, te puedes dejar llevar. Hagas lo que hagas un polo u otro donde estés el otro aparecerá. Aceptémoslo.
Esto es lo que te da el equilibrio. La aceptación de lo que te toque vivir en ese momento.

jueves, 7 de junio de 2012

LA DANZA DE LA VIDA

El viento soplaba. El sol lucía alto e implacable. El calor abrasaba la piel y el Mar Menor generaba olas que morían en la orilla con un sonido suave y monótono.
Un pajarillo venia volando hacia mí y se posa delante, justo en el borde del mar. Daba un saltito hacia el agua justo antes de que la ola llegase a la orilla. Se bañaba metiendo la cabeza bajo el agua elevando esta hasta que le pasaba por la espalda y llegaba hasta su colita.
Entre tanto la ola había llegado hasta él y lo arrastraba un poco hasta la orilla. Cuando sus patitas tocaban la arena, volvía a hacer el mismo juego.
Lo veía alegre, dicharachero, con chulería y sobre todo, totalmente centrado en su baño.
Ha llegado otro de la misma clase: blanco, con la cabecita negra y el pico naranja. Sus alas eran largas, afiladas y puntiagudas. Y se ha puesto a bañarse de la misma forma, con idéntico juego. Y ha llegado otro, y otro y otro. En total se han juntado cinco pajarillos en la orilla.
Han montado un revuelo a piar, pero parecían entretenidos en su baño. Ha llegado otro mas y uno de los que estaban bañándose ha alzado el vuelo y se ha elevado unos cinco metros del sueño. Los restantes le han seguido y juntos han volado unos seis metros contra el viento e internándose en el mar.
De pronto el primero ha girado en redondo y ha vuelto al lugar inicial y ha comenzado a bañarse nuevamente. Los demás lo han seguido y tras unos minutos en el agua han alzado el vuelo todos juntos y se han perdido en las salinas con su piar constante.
Justo al lado pero en la arena, un gorrión hacía una danza frente a otro más pequeño. Bajaba sus alas hasta el suelo y se giraba dando saltitos. El gorrión de menor tamaño y plumaje uniforme se tiraba a picarle. Pero él seguía una y otra vez haciendo su danza.
Han alzado el vuelo pasando por delante de mi vista y el grande seguía al pequeño que se ha parado al lado de una barca de fibra de vidrio. La danza no cesaba frente la pajarillo de color uniforme y le devolvía el piqueteo constante. La situación ha continuado hasta que ambos se han perdido de mi vista por detrás del barco.
Todo ha sucedido de forma natura. Ellos estaban enfrascados en sus acciones y poco o nada les importaba que les estuviesen observando. Sus danzas, sus movimientos, sus relaciones formaban la vida. Ellos eran la vida. Y yo mirándoles, me sentía alegre, me sentía vivo. Sentía que también era vida.

miércoles, 6 de junio de 2012


El suicida:
Cuantas más experiencias vivo, más reafirmo mi teoría de que estamos en una medida u otra dañados en el corazón. Somos corazones rotos.
Para mí es muy triste ver esto una y otra vez. La vida es una celebración constante que nos perdemos día a día mientras no arreglemos nuestro pequeño gran corazón. Sin él no sabemos  qué es lo que nos hace felices, que es lo que queremos para nuestra vida y como conseguirlo.
Esta tarde ha salido un servicio de un hombre que estaba subido a una pluma de una obra. Cuando hemos llegado, Policía Local estaba tratando de convencerlo para que bajase. Antonio, así se llama, les gritaba que si encontraban su cartera, él solo bajaría.
La cartera estaba en el primer piso de la grúa. Así que se ha subido y se ha rescatado la cartera. Cuando se la hemos mostrado, nos ha gritado preguntando si estaban los cinco euros que le quedaban para pasar el mes. Cuanto los ha visto ha bajado al suelo.
Estando ya en tierra, han hablado con él y se le  notaba muy excitado y alterado. Así que la policía ha avisado a una ambulancia. Le he preguntado si vivía solo, por su madre, su padre y al llegar a si tenía pareja se ha alterado y ha comenzado a gritar y poner verde a una tal Loli.
Parece ser que salió con ella y por la forma de vivir que ambos llevaban ella lo dejo y se fue a Francia a vivir. Él fue a hablar con su madre para intentar saber por dónde se movía, pero ni la madre sabia de su paradero. Después nos ha hablado de una tal Jose, pero en esta ocasión han llegado el médico y la policía lo ha rodeado para cogerlo y poder ponerle un anestésico.
él se ha alterado al verse acorralado y al intentar huir un policía lo ha agarrado y cuatro polis mas lo han ayudado. Después de esposarlo y ponerle el pinchazo se ha calmado y nosotros nos hemos vuelto al parque.
Antonio nos ha hablado de su necesidad de sentirse libre. Que las alturas le dan una sensación de bienestar que no consigue de otra forma. Que le gustaría escalar y que no puede vivir trabajando en una oficina. Necesita sentirse libre, en espacios abiertos. Los lugares cerrados lo agobian.
Yo me siento igual en muchas ocasiones, no considero que se estuviese refiriendo a ninguna locura, para mi estaba  hablando muy cuerdamente. El problema venía de las formas. Si hubiese aprendido a canalizar esa energía, esa forma de vida por otros derroteros, su vida sería totalmente distinta.
He tenido la sensación de estar frente a un hombre confuso, perdido
Supongo que se lo había llevado al siquiátrico y ya no se qué habrá sido de su vida. Supongo que lo hincharan a medicación y que se yo que más cosas. Es cierto que él ha hablado que ha consumido mucha droga con su ex novia Loli. Por algo sería…
Lo maestros zen, estos casos los resuelven de una forma muy diferente. Ellos meten a estar personas en una habitación solos y durante un mes no los dejan salir. En este tiempo un persona evoluciona en muchas direcciones y piensan también mucho y ciertas cosas se asientan en el interior. Pero para que esto suceda hay que dejarles espacio y que esa evolución se pueda dar. No hay nada más sano que estar a solas uno consigo mismo.
Después veníamos comentándolo en el camión. La unanimidad era que es una pena que Antonio con 38 años este tan perdido, confuso, desconectado y dolido con el mundo. Pero nada puede hacerse, si él no quiere crecer y evolucionar pues moriría en este estado constante de insatisfacción, confusión e infelicidad

domingo, 3 de junio de 2012

Los celos.
Pregunta: “¿Qué son los celos y porque duelen tanto?”
Los celos son una de las áreas más predominantes de la ignorancia sicológica sobre uno mismo, sobre los demás y, especialmente, sobre la relación. 
La gente piensa que sabe lo que es el amor, pero no lo sabe. Y sus ideas erróneas sobre el amor crean los celos. Con la palabra “amor” la gente quiere decir un cierto tipo de monopolio, una posesión, sin comprender un hecho simple de la vida: que en el momento que posees a un ser vivo, lo has matado.
La vida no se puede poseer. No puedes meterla en tu puño. Si quieres tenerla, tienes que mantener las manos abiertas.
Pero esto ha ido mal durante siglos; se ha arraigado tanto en nosotros que no podemos separar el amor de los celos. Se han vuelto casi una misma energía. Por ejemplo, te sientes celosa si tu amante va con otra mujer. Te molesta mucho, pero me gustaría decirte que si no te sintieras celosa te molestaría mucho más, entonces pensarías que no le amas, porque si le amaras deberías sentirte celosa.
Los celos y el amor son han mezclado muchísimo. En realidad, son polos opuestos. Una mente que puede estar celosa no puede ser amorosa, y viceversa: una mente que es amorosa no puede estar celosa.
Pregunta: “Hace unos días logré enfrentarme a mi demonio número uno: los celos. Entré en ellos totalmente, y el resultado fue que me sentí eufórica y muy agradecida y llena de energía. ¿Qué es lo que he aprendido de esta experiencia, y cómo debo usarla para que los celos no vuelvan a dominarme?”
Ha sido una experiencia muy significativa para ti, una de las experiencias clave que pueden ayudar a que uno cambie totalmente su energía.
George Gurdjieff solía buscar en primer término en sus discípulos la característica que era su enemigo número uno, porque su enemigo número uno contiene la llave que, o puede destruirnos si no lo entienden, o pueden producir una transformación.
Tú te has enfrentado a los celos. Los celos son uno de los elementos más peligrosos de la conciencia humana, especialmente en la mente femenina. Enfrentarse a tu enemigo número uno sin ocultarlo, sin encubrirlo, sin tratar de interpretarlo favorablemente- que tienes razón, que es una situación tal que por supuesto tienes que estar celosa-, sin contentarte de ninguna manera con explicaciones de que los celos estaban bien.
Si te contentas diciéndote que están bien, seguirán ahí y se harán más fuertes; entonces  no sentirás la energía que sientes ahora, esta energía la habrían absorbido los celos, hubiera permanecido contenida por los celos, y hubiera seguido buscando un momento en que poder explotar, buscando alguna excusa. Pero te enfrentaste a ellos como un hecho, que tienes celos… y lo aceptaste: que es algo que tiene que ver contigo, no con nadie más, que nadie más en todo el mundo es responsable de ello.
Todo lo demás son excusas para protegerlos.
Has hecho un buen trabajo, y el resultado es que al simplemente observar, los celos desaparecieron.
Eso es lo que os he estado diciendo continuamente durante años, que no hay que hacer nada; simplemente enfrentarse a un problema igual que un espejo refleja algo, sin juicios.
Y como era tu enemigo número uno, contenía mucha energía. Ahora se ha ido, y la energía esta libre. Por eso te sientes más llena de vida, más amorosa, más sensual. Has hecho un trabajo perfecto con tus celos. Ahora la energía se ha liberado. Has estado luchando con los celos durante años. Ahora has encontrado la clave.
La próxima vez  que lleguen los celos, cógelos inmediatamente; y lo mismo que has hecho con tu enemigo número uno puedes hacerlo con todos los enemigos que llegan a tu mente. Son enemigos más pequeños, desaparecerán incluso antes, no tienen tanta energía.
Pero cuando se libera energía, surgirá el problema: qué hacer con esta energía. Hasta ahora la usaban, la chupaban los celos. Ahora está en todo tu cuerpo. Te sientes más sensual, te sientes más amorosa.
Exprésala, baila, canta, ama, haz cualquier cosa que se te ocurra.

OSHO

viernes, 1 de junio de 2012

PENSAR CON EL CORAZON
Este articulo fue publicado en la revista Mente Sana nº18. Esta escrito por un reconocido pionero del estudio de la neurociencia de las aptitudes humanas y ha sido profesor en la Standfor Business School su nombre es Robert K. Cooper.
Lo he copiado tal cual ya que creo que es muy interesante saber cómo funciona a nivel orgánico y emocional nuestro cuerpo.
Pensar con el corazón:
El cerebro es maravilloso –escribió el poeta Robert Frost-. Empieza a trabajar en el momento en que te levantas por la mañana y no para hasta que llegas al trabajo.” Tenía más razón de lo que creía.
Porque aquellas personas que intenten vivir y trabajar sólo con sus cabezas  son convertirán en los dinosaurios del futuro. La brillantez humana, el compromiso y la creatividad pueden estar inducidos mucho menos por el cerebro de la cabeza que por los otros centros de inteligencia recién descubiertos –conocidos como el segundo y tercer cerebro-, ubicados en los intestinos y en el corazón. Tal como cada uno de nosotros posee una personalidad propia, nuestros tres cerebros nos confieren una inteligencia exclusiva.
Razonar de una forma más elevada implica la colaboración de los tres cerebros. Al hacer uso de los tres, podemos formularnos con más rapidez las preguntas adecuadas y elegir las respuestas de forma mejor y más clara. Hasta el 96% del éxito en la vida y en el trabajo depende de los cerebros del intestino y del corazón, no solo de la cabeza.
La vieja perspectiva de cómo el cerebro de la cabeza influye sobre la conducta humana puede resumirse así: cuando tenemos una experiencia directa, por ejemplo, cuando interactuamos con unas personas o nos enfrentamos a un reto, el problema u oportunidad, ésta nos llega a través de los cinco sentidos primarios y entra en el sistema nervioso. En este modelo tradicional, cada experiencia va directamente al cerebro, pensamos al respecto y respondemos con una conducta determinada. Todo sucede en la cabeza.
La realidad, según veremos más adelante, no es así en absoluto. De hecho, cuando se destina demasiada actividad cerebral a pensar y recordar, no queda suficiente actividad neural para sentir y experimentar el alcance y la profundidad de lo que es nuevo en ese instante. Como resultado, una respuesta que podría ser ingeniosa y práctica se vuelve torpe e irrelevante. Existen ocasiones en las que depender del cerebro pensante no sólo es irrelevante para la adquisición y expresión de destrezas, sino que además puede interferir en ellas.
Gracias a los avances de la neurociencia, ahora sabemos que la inteligencia está distribuida por todo el cuerpo. Cuando tenemos una experiencia directa, ésta no va directamente al cerebro para que pensemos al respecto. Primero llega a las redes neurológicas del tracto intestinal y del corazón.
Cada contacto con la vida nos crea un sentimiento visceral. Puede que lo percibamos como “hormigueo en el estomago” o como “un nudo” de tensión intestinal o una excitación. O, si estamos muy adiestrados para permanecer siempre en la cabeza, puede que no lo notemos en absoluto.
Pero el cerebro intestinal está ahí. Lo sepamos o no, se está haciendo muchas preguntas y, además, las responde de un modo que afectará a nuestras acciones. Nos dice: “¿Qué grado de importancia tiene esta reunión, este reto o esta persona? ¿Supone una oportunidad o una amenaza? ¿Está mi felicidad o progreso en juego?
Conocido como sistema nervioso entérico, este segundo cerebro situado en los intestinos es independiente, pero está interconectado con el cerebro del cráneo. Los neurocientíficos aseguran que en esta zona hay más neuronas que en toda la columna vertebral. Cerca de 100 millones. Este complejo circuito le permite actuar con independencia, aprender, recordar e influir sobre nuestras percepciones y conductas. Las reconozcamos o no, nuestras “reacciones viscerales” influyen sobre todo lo que hacemos.
Después de que el sistema nervioso entérico digiere una experiencia, le toca al corazón considerarla. En los años noventa, los científicos del  nuevo campo de la neurocardiología descubrieron el verdadero cerebro del corazón, que actúa independientemente de la cabeza. Compuesto por un conjunto específico de más de 40.000 células nerviosas llamadas barorreceptores, junto con una red compleja de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo, este cerebro es tan grande como ciertas áreas clave del cerebro craneal. Tiene capacidades computacionales muy potentes y altamente complejas. El cerebro del corazón, al igual que el cerebro intestinal, utiliza un circuito neural para actuar con independencia, aprender, recordar y responder a la vida.
En el feto, el corazón humano se desarrolla antes que el sistema nervioso y el cerebro pensante. La energía eléctrica en cada latido del corazón, y la información que contiene, llega en forma de pulsación a cada célula del cuerpo. Con cada latido del corazón existe otra forma de comunicación en todo el cuerpo, una onda que viaja a través de las arterias más rápido que la sangre.
Esto crea otra forma de lenguaje, de comunicación interna en forma de ondas de presión cuyos patrones varían con cada compleja, rítmica e intrincada pauta del corazón. Cada una de nuestras billones de células siente esta onda de presión y depende de ella de varias formas.
El corazón utiliza además otra ruta para comunicarse: los mensajeros químicos del sistema hormonal. Uno de ellos es el péptido natriurético auricular, un impulsor primario del comportamiento motivado. Por eso el corazón desempeña un papel crucial a la hora de movernos hacia la autosuperación. Así que los sabios, a lo largo de la historia, tenían razón: si no sentimos nuestros valores y metas, no podemos vivirlos. Aún más, el campo electromagnético del corazón es el más poderoso de todos los producidos por el cuerpo. Los cambios eléctricos de los sentimientos transmitidos por el corazón humano pueden sentirse y medirse al menos a un metro y medio de distancia e incluso a tres metros.
Igual que los intestinos procesan mucho más que la comida, el corazón hace circular algo más que la sangre. Cada latido habla con un lenguaje inteligente a todo el cuerpo, un lenguaje que influye profundamente en cómo percibimos el mundo y como reaccionamos al mismo. No es de extrañar que, cuando las personas no nos sentimos cuidadas y valoradas de forma única, no pongamos el corazón en nuestra vida o trabajo.
La tercera parada para los impulsos nerviosos es un área en la base del cerebro conocido como médula. Allí suceden varias cosas fundamentales. Dentro de la médula existe un enlace vital con lo que se como Sistema Reticular Activado(RAS).
El RAS está conectado con los principales nervios de la columna vertebral y el cerebro. Organiza los 100 millones de impulsos que asaltan al cerebro cada segundo, desviando lo trivial y dejando pasar lo vital para alertar a la mente. Esta parte del cerebro ha evolucionado a lo largo de los milenios con una tendencia inherente a ampliar los mensajes negativos de entrada y atenuar al mínimo los positivos.
Eones atrás, rodeados de peligros casi constantes para la supervivencia, esta amplificación de los mensajes negativos seguramente ayudó mucho a la especie humana. En el mundo de hoy, esa reacción tan enraizada tiende a complicar las cosas. Unas cuantas palabras de crítica bien intencionadas –que están lejos de ser un comunicado oficial de peligro a la supervivencia- son amplificadas por el RAS, que las convierte en un simple mensaje: “¡Peligro!, ¡Peligro!”.
Nos erizamos y nos volvemos ansiosos y defensivos. Por el contrario, el RAS reduce un verdadero cumplido a poco más que un susurro. Por esta razón, al final de un día típico de trabajo, en el que cien cosas han ido bastante bien y una ha salido mal, caso todos nos preocupamos por aquella que fue un poco mal. Es el instinto inherente al RAS y, si no aprendemos a guiar y manejar su influencia, puede dominar nuestras percepciones y paralizar nuestro progreso.
Al abandonar el RAS, y en unos pocos segundos, la comunicación neural viaja hasta el sistema límbico, desde donde percibimos el mundo y damos formas a nuestra respuesta al mismo. El sistema límbico es también el asiento de todas las emociones en el cerebro. Existen claros indicios de que este sistema funciona 80.000 más rápido que la corteza cerebral.
Por último, la casada neural de impresiones procedentes de nuestra experiencia llega a la zona pensante del cerebro, conocida como corteza cerebral. Antes de eso, cada experiencia ha sido sentida e interpretada por los intestinos, el corazón y las otras regiones cerebrales. En otras palabras, lo último, y no lo primero ni lo más destacado que hacemos, es pensar.
Siempre que confiamos demasiado en el cerebro de la cabeza, aparecen luchas innecesarias. Una razón es que, siempre que opera sin estar equilibrado por los cerebros intestinal y cardiaco, el intelecto realiza principalmente actos cómodos. Puede evocar todo tipo de ideologías, filosofías, teorías, advertencias, principios y creencias, pero aunque sean elocuentes y bienintencionadas, no cuentan mucho por sí solos. Tenemos que sentir aquello que importa para poder vivir de forma que importe.
Resulta que el manido consejo de “no te dejes influir por las emociones” al final es un camino seguro hacia la toma de malas decisiones. Pero, sin la implicación activa de los centros del intestino y del corazón, en pocos momentos el cerebro de la cabeza se satura y el análisis nos paraliza.
Así que escucha todas tus fuentes de sabiduría e intuición y no solo una. Cada vez que te enfrentes a un momento importante durante el  día pregúntate: “¿Qué me dicen mis vísceras? ¿Y mi corazón y mi cabeza?”. Luego, escucha con atención a cada una de estas tres corrientes de la inteligencia antes de decidir cómo actuar. Con la práctica, tu capacidad para tomar decisiones mejorara y profundizara. Acertaras más porque tu raciocinio será más completo.
Este es el artículo completo, la verdad que da una explicación científica a lo que los místicos nos llevan milenios diciendo. Una vez más, no hay nada nuevo, nada que se haya inventado nuevo entre el cielo y la tierra.