La consciencia es un estado del ser muy espiritual. Es un
estado religioso donde tú danzas con el universo. Vibras con su ritmo, con su
pulso.
Pensamos, fantaseamos e imaginamos como puede ser o será el
futuro. Tratamos de controlarlo pero no tenemos ni idea de lo que está
sucediendo ahora mismo o nuestro alrededor.
Hay un proceso muy importante para nosotros, si no se
llevase a efecto moriríamos en treinta segundos. Apenas somos conscientes de él.
Su ritmo nos dice mucho de cómo estamos en ese momento. Si nos estresamos o
relajamos, aceleramos o nos ponemos tensos. Y apenas somos conscientes de él. Me
refiero a la respiración.
En todo momento y mientras vivimos la respiración se está llevando
a cabo. Pues apenas somos conscientes de ella. Así sucede con muchos procesos
que se desarrollan a nuestro alrededor y no nos damos ni cuenta.
Tomar consciencia de nuestro ser, de nuestra mente, de
nosotros mismos nos puede permitir alcanzar la dicha.
Ser conscientes de donde estamos, que queremos, que deseamos
y porqué luchamos nos permite desempolvar el mapa de nuestro ser. Saber donde
nos encontramos y que nos sucede.
Aumentar la consciencia es madurar, crecer y aceptar. Aumentar
la consciencia es estar cada vez más en suspensión, en el vacío. Es estar
alerta sobre nosotros mismos, es guiarnos en la vida con el corazón ya que la
mente cada vez nos aleja más y más del darnos cuenta de los procesos.
Ser conscientes es quedarse en suspensión, sin estructuras
que nos den la sensación de seguridad. Es actuar aquí y ahora y en eso ni el
pasado ni el futuro nos puede ayudar. Para ser consciente solo podemos hacerlo
estando aquí, existiendo aquí, siendo ahora. No mañana ni pasado. El hoy, el
ahora lo es todo.
Para aumentar la consciencia hemos de empezar por ser
conscientes de nuestros propios procesos. De lo que sucede en nuestro ser.
Meditar, estar con uno mismo, la soledad bien usada, ver que
nos pasa a nosotros en cada momento nos puede ayudar a aumentar la consciencia.
Estar en el vacío que lleva la consciencia da mucho miedo,
pero esto se debe a que no lo conocemos y no nos conocemos nosotros mismos ni
nuestros recursos.
Estar en el vacío que produce la consciencia es actuar espontáneamente.
A cada problema una solución. Es ser auténticos, genuinos.
Solo el vacío que genera vivir en el presente, modera la
mente y permite darnos cuenta de lo que sucede en nuestro interior. El puede
provocar que seamos felices y contentos con nuestra vida y con nosotros mismos.
Cuando nos paramos a mirar que cosas pasan en nuestro
interior se nos abre un universo de procesos que no nos habíamos dado cuenta
que se estaban desarrollando a nuestro alrededor.
La vida es muy hermosa y merece la pena vivirla si somos
conscientes de lo que está sucediendo y las circunstancias que hacen que se
produzcan.
Si queremos tener una existencia plena hemos de descubrir las
mentiras en las que vivimos y aceptar la
verdad de nuestra existencia por mucho que nos duela descubrirla. Sólo así
alcanzaremos la felicidad en esta vida y en las siguientes.